28 ago 2013

Manual de urbanidad para nuevos pobres

Según esta señora los pobres no tienen derecho ni a expresarse. Muy democrático todo... Por cierto... Alguien podría informarle a esta señora que se pueden conseguir móviles de “última generación” a precios asequibles e incluso de segunda mano. Si yo estuviera en situación de pobreza extrema y cayera en mis manos un IPhone regalado lo más probable es que lo vendiese... y trataría de comprarme otro muuuucho más barato para al menos poder estar conectado a lo que pasa en el mundo. Ser pobre no quiere decir que no tengas que tener derecho a tratar de conseguir información vía internet o vía como sea. Lo siguiente será que les indiquen que dieta deben llevar no sea que les de por comer carne todos los días a los pobres y les tengamos que pagar la luz. DEMENCIAL y muy lamentable esta "Señora".        RunnerChef


A mí me parece que las rechinantes declaraciones de la gárrula Teófila Martínez desvelan la función pedagógica de cualquier crisis en nuestro sistema. No sólo se trata de empobrecernos y de destruir nuestros derechos laborales y los servicios públicos, sino que es necesario sobre todo ponernos en nuestro sitio, es decir, hay que enseñarnos a ser pobres, pero limpios. Ese es el único motivo por el que un pobre no puede conectarse a internet, aunque sea gratis.

¿Tiene derecho un pobre a tomarse un vermut de aperitivo? Por supuesto que no, eso sería una insolencia. Si a un pobre le sobran dos euros, debería saber que tiene que gastárselos en pan o leche: el vermut en el pobre es intolerable (y con toda probabilidad pecado).¿Puede el pobre de nuestro ejemplo tomar leche en un bar y hablar en voz alta delante de un español de bien que esté tomándose un vermut? De ninguna manera,todo pobre debería saber que tiene que retirarse a una esquina de la barra y alimentarse con humildad y exageradas muestras de respeto y agradecimiento, mientras los señoritos levantan la voz y piden otra ronda con la cabeza muy alta. ¿Es lícito que un pobre bese a su novia en público? Ni hablar del peluquín, lo que en la sana y pudiente juventud de Nuevas Generaciones resulta enternecedor, en una pareja de pobres se vuelve obsceno, casi vomitivo, intolerable si encima son de cierta edad.

Tanto hemos vivido “por encima de nuestras posibilidades” que nos hemos olvidado de las responsabilidades y deberes que la pobreza implica, y por eso es indispensable el esfuerzo didáctico que ha emprendido la gárrula Teófila, que nos está recordando, en este país de “nuevospobres” las normas de urbanidad de la digna pobreza. Ése es el aspecto docente de la crisis económica. No basta con que seamos pobres, tenemos que aprender a ser humildes, serviciales y bien mandados. Quizá una proyección de Los santos inocentes en los comedores de caridad ayudaría a que aprendiéramos la lección.

Recuerdo aquel cuento de mi amigo Leopoldo Alas en el que un matrimonio encuentra en la bolsa que se olvida en casa la chacha un libro de Proust. Ya no saben cómo tratarla. Empiezan a espiarla y poco después la Basi está leyendo a Hegel. Se ponen nerviosos y hasta sienten miedo. La Basi, la misma acémila que dice “me se ha caído” y “esta maleta no coge en el armario, señora”, ¿resulta que lee a Proust y a Hegel? ¿Qué hacemos ahora? ¿Está fingiendo? ¿Nos toma el pelo? ¿No estará tramando algo? Si una es pobre se le autoriza a leer en el metro a María Dueñas, pero ¿qué pinta una chacha en el vagón enfrascada en Samuel Beckett? ¿No es acaso una burda provocación denunciable?

Pues eso, gracias a la lenguaraz Teófila,el propósito didáctico de la crisis se pone por fin de manifiesto. Agradeceríamos instrucciones más detalladas, quizá con un folleto ilustrado y sencillo, algo a nuestro alcance, que nos permitiera volver a la España eterna, nuestra querida España de la pobreza limpia y alegre, solícita y silenciosa. Algo elemental, muy ilustrado y con poca letra, como las instrucciones de Ikea, que los pobres pudiéramos entender y que pusiera fin a tanto caos y desorientación: vermut NO, leche SÍ;Mozart NO, Bisbal SÍ; sombrero NO, gorra de visera SÍ; Juan Benet NO, Ildefonso Falcones SÍ; cine en V.O. NO, televisión a tutiplén SÍ; teléfonos de última generación NO, transistor con auricular para ver el resultado de la quiniela SÍ; ajedrez NO, dominó SÍ… Cuánto agradeceríamos que doña Teófila nos ofreciera la definitiva guía de conducta para nuevos pobres, a ver si aprendemos y dejamos de ser tan respondones, levantiscos e insolentes. Que nos ponga de una vez en nuestro sitio, a la altura de nuestras posibilidades.

Rafael Reig  
27/08/2013

Ofelia resiste: últimas 24 horas

Lo que está sucediendo en Ofelia Nieto muestra una resistencia política que puede marcar el ritmo y el tono de las protestas este año. Lo que cuesta de verdad esfuerzo es organizarte en la lucha de tu barrio, de tu puesto de trabajo, en tu entorno personal. En Ofelia Nieto se está logrando.

Paralización desahucio en calle Ofelia Nieto
Paralización desahucio en calle Ofelia Nieto. / Olmo Calvo

A mediados de agosto, con medio Madrid de vacaciones, en el madrileño barrio de Tetuán dio comienzo una lucha vecinal que ha ido creciendo día tras día. Es la resistencia contra un desalojo que se logró frenar el 14 de agosto frente a decenas de antidisturbios, y que desde entonces ha tomado la forma de una acampada permanente en la azotea de la vivienda amenazada, situada en la calle Ofelia Nieto, nº 29. La autorización para el derribo de la casa vence este miércoles 28, a las 0.00 horas.

La familia Gracia González lleva más de diez años tratando de frenar la demolición del que ha sido su hogar desde 1956. Allí viven juntos, en unidades separadas, tres ramas de una misma familia: los abuelos, y cada una de sus dos hijas con sus respectivas familias, con cuatro menores a cargo. El Ayuntamiento de Madrid esgrime para el derribo de su casa que cerca de seis metros cuadrados de la vivienda deben desaparecer para cederlos a la acera. El solar que hay pegado justo detrás, la amplia acera con la que ya se cuenta, el silencio del ayuntamiento, así como experiencias previas en el barrio, permiten deducir que la especulación es el auténtico motivo del derribo.

Vecinos y miembros de la Asamblea de Tetuán del 15M, algunos de ellos curtidos en la lucha contra los desahucios, se implicaron desde el primer momento en la defensa de esta casa. No solo se desalojaba a una familia de una casa adquirida hace casi 60 años, es que se iba a demoler el edificio para construir una torre de pisos. El dinero ofrecido por lo que —sin haber una utilidad pública detrás— denominan "expropiación", además de ser insuficiente y menor al tasado (poco más de 300.000 euros), es rechazado por la familia aun si le dieran el triple. Ellos quieren mantener su hogar. La guinda a esta situación la ha puesto el Grupo Ortiz, que en connivencia con el Ayuntamiento es el encargado de realizar el derribo y al que se acusa de estar conectado con la trama Gürtel a partir de su aparición en un auto del juez Pedreiro.

Con estos ingredientes básicos –más información en: http://ofelianieto29.wordpress.com/–, emerge una resistencia muy especial. En primer lugar, parte desde abajo, de una familia y los vecinos de su barrio. De pequeñas organizaciones de base que prestan enseguida su apoyo, como la Oficina de Vivienda de Madrid o la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Destaca también que aunque las redes sociales, especialmente Twitter, han estado muy presentes estos días de cara a la difusión y la búsqueda de nuevos apoyos, el origen y el motor de la resistencia está siendo real, no virtual.

Quienes han estado acampando en la azotea de la casa desde la primera noche, hace ya dos semanas, han logrado establecer entre ellos vínculos auténticos, de cariño y confianza, basados en un trabajo político muy humano. A esto ha contribuido la presencia constante y la energía de la familia, volcándose con los visitantes de manera que las charlas con los más mayores y los juegos con las más pequeñas se alternaban con las asambleas y las cenas.

La imaginación política ha vuelto con un ímpetu que muchos no veían desde las jornadas que siguieron al 15 de mayo de 2011: no solo la tribu de fotoperiodistas que acompaña día y noche esta lucha se ha superado en vídeos y fotografías fundamentales para darla a conocer, sino que la organización de los diversos grupos de trabajo, con esa mezcla de ordenadores, teléfonos, carteles y tortillas de patata por la casa, daban un ambiente especial a Ofelia Nieto. Además, las acciones que se han ido pensando han rebosado creatividad política de primer orden. No hay más que ver la inmediata conexión que enseguida se realizó con los intereses olímpicos del Ayuntamiento de Madrid. Y es que el modelo de ciudad que se busca con las Olimpiadas en 2020 es el que una vez más se ejemplifica en el caso de Ofelia Nieto.

Teniendo en cuenta que la elección de la sede olímpica tiene lugar el 7 de septiembre, poner el foco en los Juegos ha sido además un modo ideal de presionar al Ayuntamiento e informar a la opinión pública: la nueva mascota de las Anti-Olimpiadas, Cobri, se ha dado así a conocer desde Ofelia Nieto, utilizada como vehículo para expresar este malestar. Su éxito en Twitter, con más de 3.000 seguidores en apenas 48 horas de vida, ha sido otro de los hitos de esta campaña.

Pero insisto, aunque a lo largo de estos días diversas etiquetas como #Ofeliaresiste, #ON29, #OfeliaAlCOE, #Gürtelderriba o #Cobri2020 han sido tendencia principal en España, la resistencia se asienta en cimientos cotidianos, cercanos, tangibles. Ahí se ha fundamentado la apertura de la gente a nuevos apoyos, las relaciones entre organizaciones que en otras ocasiones podían haber tenido diferencias, la ausencia de ese aire de purismo que de vez en cuando nubla la vista de los más implicados en las luchas políticas de nuestro país. Esta es una resistencia que un día canta y baila el Bella ciao o A las barricadas en la azotea tras frenar el desalojo del 14 de agosto, y que otra noche monta un Cine de verano con los Goonies defendiendo sus muelles, pensando en las más pequeñas y, por qué no, también en los más nostálgicos.

El desafío político está siendo de altura: se está practicando desde hace 15 días la desobediencia civil activa en un edificio oficialmente "expropiado". Se duerme cada noche en la azotea, y todas las mañanas, antes de las 7.00, grupos de vecinos aparecen en la puerta para impedir la entrada de los antidisturbios por si se les ocurre venir de nuevo.

El fracasado intento de derribo del 14 de agosto mostró que se podía frenar hasta el más brutal de los desalojos. Con decenas de policías armados, con una grúa de dimensiones colosales preparada, hubo sin embargo gente pacífica que logró frenarlo. Vecinas con cacerolas en las ventanas, personas encaramadas en un andamio al modo de las antiguas luchas por la okupación, carteles de apoyo en los balcones. Ancianos y niños en primera línea, junto a sus mayores, resistiendo en la casa.

Lo que está sucediendo en Ofelia Nieto 29, por otra parte, desvela problemas políticos esenciales. Carecemos de una representación política democrática en el Gobierno municipal. El Ayuntamiento gobernado por el Partido Popular, con su máxima responsable al frente, Ana Botella, se ha negado a recibir una y otra vez a la familia en estos días. Ni siquiera aceptaron las cerca de 4.500 firmas que se tenían recogidas el día 13 de agosto. Ha sido una experiencia desoladora desde el punto de vista democrático acercarse estos días a la Junta Municipal de Moncloa, o al propio ayuntamiento, y ser recibidos con las puertas cerradas, con la policía impidiendo el paso con la agresividad habitual.

Y mientras, los supuestos representantes gubernamentales de la ciudadanía sin dar la cara, sin acceder a dialogar, a ofrecer razones, a escuchar. Ni siquiera a informar sobre el día que quieren derribar, condenando a la familia a una cruel angustia cotidiana. Se están comportando, día tras día, como representantes máximos de la oligarquía de este país, reflejando en la pequeña escala del barrio de Tetuán lo que estamos sufriendo a escala nacional.

Lo que está sucediendo en Ofelia Nieto muestra una resistencia política que puede marcar el ritmo y el tono de las protestas este año. Resulta sencillo gritar, escribir o tuitear contra Rajoy o la Troika; lo que cuesta de verdad esfuerzo es organizarte en la lucha de tu barrio, de tu puesto de trabajo, en tu entorno personal, contra las políticas que aquellos impulsan. En Ofelia Nieto se está logrando. Y como en ocasiones precedentes, se muestra que este esfuerzo viene acompañado por recompensas no buscadas: una felicidad pública que surge del trabajo político conjunto, de saber que se lucha por una causa justa con personas ya para siempre cercanas, que conservan sus principios, que mantienen un impulso ético que nos puede salvar del desastre.

Una chica que te dice que ha pasado las mejores vacaciones de su vida resistiendo a base de dormir poco mientras se juega multas o un mal golpe policial; un abuelo que por la noche, silencioso y discreto, arropa a aquel chico mientras duerme; una niña que cada día hace un corazón con sus manos y con su enorme sonrisa; una tarta de queso elogiada cada tarde por propios y extraños; unos amaneceres que, quienes duermen allí, los cuentan de cine; unas mañanas —y ya van…— con el despertador a las seis de la madrugada, por si acaso; gentes de Córdoba, de Girona, de la Pedriza, que acuden a pasar unas noches porque también es su lucha; la inolvidable parada de la Bici Crítica frente a la casa; aquel concejal de Izquierda Unida que aparece una mañana a mostrar su respaldo; aquellos chicos que rapean por Ofelia; asambleas del 15M que acuden cada día desde pueblos y barrios del extrarradio; cantos en honor a los mineros que desde Asturias también apoyan; cuerpos maltrechos por falta de sueño; resistencias cotidianas anónimas, imposibles de contar todas.

Faltan apenas 24 horas para detener el derribo. El Ayuntamiento contaba con que la resistencia decaería con el paso de los días, pero ha sucedido exactamente lo contrario. Se teme que lo intenten una vez más. La policía ha aparecido por la casa intermitentemente en las últimas horas. Y es que a partir del jueves, se verán forzados a poner de nuevo en marcha la máquina burocrática para reactivar la orden de expulsión, lo que daría unos días de respiro a la familia mientras se resuelven los recursos pendientes.

Desde Ofelia Nieto se asegura que si somos miles, no podrán derribar la casa. Eso seguro. Y piden apoyo, pues estas últimas horas son vitales para impedir una injusticia que se cierne concreta, con nombres y apellidos, sobre una familia. Quizá además, quién sabe, estemos ante la chispa que muchos estábamos esperando para empezar a cambiar algunas de las cosas que marchan rematadamente mal en este país.

Víctor Alonso Rocafort  
27/08/2013


¿Incontinencia verbal, yo?


Gloria Rodríguez

Cualquiera puede irse de lengua en Facebook. Hablar más de la cuenta de la vida de otros, pero lo normal es que lo haga de la suya propia. Que cuente sus problemas de tránsito intestinal o los de su niño, la épica doméstica para poner la funda del edredón, que publique un mensaje trasnochado de su ex o la foto de las cuatro botellas de vino vacías que yacen sobre la mesa de su cocina.
 Antropólogos, sociólogos y psicólogos no acaban de entender por qué somos más indiscretos que nunca en el escaparate global, y tejen abundantes teorías al respecto. Y como siempre queda muy elegante citar a algún filósofo o académico para explicar nuestras conductas asilvestradas en Internet, aquí van algunas de las más recientes:

Teoría N.1
 Sherry Turkle, profesora del MIT y autora del best seller Alone Together  cree que "estamos perdiendo el saludable sentido de la compartimentación de la información". Ese que nos enseñaba que no podíamos decir las mismas cosas en todos los sitios, que cada público requería unos códigos y un lenguaje y que no se hablaba igual con todos, ni se contaba lo mismo a todo el mundo. Esta pérdida del pudor para hablar de nuestras miserias la explicaron el año pasdao unos investigadores de la Universidad de Harvard con su hallazgo de que "compartir nuestros pensamientos y sentimientos íntimos activa el sistema de recompensa neuroquímico del cerebro, en una medida mayor que contar las actitudes de otras personas".

Teoría N.2
Elizabeth Bernstein, socióloga y columnista del Wall Street Journal piensa que la pérdida de aprecio por nuestra privacidad no podría explicarse solamente por la proliferacion de reality shows en todas las televisiones del mundo, sino también porque hablar de nosotros mismos es un modo de controlar la ansiedad. Este esfuerzo se conoce como autoregulación y funciona, según la socióloga, de esta manera: Cuando estamos hablando con alguien consumimos mucha energía en intentar lograr dejar una buena impresión en el otro. "Tratamos de parecer más inteligentes e interesantes pero ese esfuerzo supone que el cerebro pierda capacidad para filtrar el tipo de información que vamos soltando y a quién". 

Teoría N.3
Para el profesor Russel W. Belk, de la Escuela de Negocios de la York University en Toronto y autor del trabajo El yo extendido en el mundo digital, nuestra presencia y comportamiento en redes sociales como Pinterest, Instagram y Youtube están creando una idea más compleja de quiénes somos. "Estamos construyendo nuestra identidad de un modo que nunca antes habíamos probado". "Cuando publicamos algo sobre nosotros no tenemos a nadie enfrente para que nos responda, esto nos hace ser más desinhibidos. "Nos sentimos casi invisibles cuando escribimos un comentario que irónicamente podrá ser visto  potencialmente por mucha gente".
El profesor Belk cree que las prácticas del confesionario católico o del diván del psicoanálisis han migrado a Internet. Por su parte, las redes sociales con sus continuas preguntas "¿Qué está pasando?" "¿Qué estás pensando?" etc. no hacen más que incitarnos a que contemos cada vez más detalles sobre nuestra vida.  La reacción de amigos, familiares y desconocidos nos critican o nos validan en nuestras posturas, y terminan por apuntalar nuestra identidad. Pero eso no es nada nuevo, en el mundo real la identidad se construye entre todos, entre uno mismo, los amigos y los enemigos.

Teoría N.4
Segun este experto, otro ingrediente del exhibicionismo on line es la tensión entre la privacidad y la posibilidad de ser famoso o popular. Dos conceptos que en estos tiempos parecen excluyentes.Para mucha gente el anhelo de ser popular es de lejos mucho más fuerte que el de ser respetado. Un estudio de 2010 que examinó la imagen que se construían en Facebook un grupo de estudiantes verificó que no estaban preocupados porque personas desconocidas pudieran ver sus perfiles, lo ùnico que querían era que todo el mundo pensara que tenían una personalidad "cool".
La línea que separa lo privado de lo público se está desintegrando. Y el objetivo es ser populares. Y sucede a cualquier edad. "Queremos ser interesantes, queremos que se nos recuerde, que la gente nos siga, pero antes tenemos que llamar su atención. Y ya hemos aprendido de los realitys que caer lo más bajo posible es el modo más fácil y eficiente paraque la mayoría de la gente repare en nuestra existencia". dice el profesor Belk.

Posdata
Un último detalle, los investigadores señalan que a las personas que comparten poco o nada de su vida en las redes sociales no se las considera discretas, prudentes o sensatas. Son simplemente, aburridas.

Karelia Vázquez | 28 de agosto de 2013

24 ago 2013

Que cierren los bares... y las nucleares



Imagine que tiene usted un bar. Un local normal, sin excesivos lujos. Un establecimiento con el que se ha ganado la vida durante muchos años, que le ha permitido mantener a su familia y juntar algunos ahorros para cuando llegue su jubilación. Un buen día, en su misma calle, abren un nuevo bar. Usted se preocupa porque la competencia puede hacerle perder clientes, pero enseguida se da cuenta de que, en realidad, no son competencia para nadie.

Han abierto un bar a la última moda, todo lujo y excesos, derroche y abundancia. Los propietarios han pedido un enorme crédito bancario y no han escatimado detalles. Sin embargo, para recuperar su inversión, se ven obligados a vender las cañas a 4 euros y no dan tapa. Mientras usted, en su bar mucho más modesto, pone las cañas a 1,20 euros y unas tortillas que quitan el sentido. Por si fuera poco, usted ha aprendido que en la vida nada se gana sin esfuerzo y trabaja todos los días de la semana un gran número de horas. Sus nuevos vecinos, en cambio, abren sólo de vez en cuando y de manera impredecible. Es decir, ellos claramente no son competencia para usted.

Y de repente un día, sus ineficientes vecinos (y otros muchos que son como ellos), como no pueden ponerse a su nivel comienzan una campaña de desprestigio contra usted. Dicen que su bar es antiguo, pasado de moda, que hay que dejar paso a lo nuevo, que está obsoleto. Sin saber muy bien cómo, consiguen el favor de la opinión pública y, por extensión, de los políticos que van a favor del viento. Estos últimos elaboran leyes que lo discriminan a usted en favor de ellos que, a partir de ahora, tendrán todos los beneficios.

Como ellos no pueden competir  (porque son ineficientes, abren el bar pocas horas y venden muy caro) no serán capaces de recuperar su inversión. El gobierno, entonces, promulga una ley mediante la cual el precio de las cañas se fija en 2 euros para todo el mundo. Pero, en lugar de quedarse cada uno con el dinero de las cañas que vende, se meterá todo junto en una bolsa común custodiada por la Comisión Nacional de Cañas para proceder a su “reparto”. Mas, hete aquí que es el gobierno el que decide cómo se reparte el dinero de la bolsa y ellos, los bares supermodernos, tienen prioridad a la hora de cobrar.

Ahora bien, como ellos necesitan cobrar las cañas a 4 euros para poder subsistir, el gobierno les da 4 euros por cada caña que han vendido. A usted, sin embargo, le darán 2. De este modo, cada vez que ellos abren el espumoso grifo, meten 2 euros en la bolsa común, pero sacan 4. De tal suerte que, cuando usted va a cobrar sus cañas, no queda ya dinero en la bolsa. ¿Y ahora quién me paga? Pregunta usted. Y en la Comisión de Cañas le contestan: no se preocupe buen hombre, el dinero que le debemos lo vamos a llamar "déficit cervecero" y le prometemos que, algún día, se lo devolveremos. A medida que van pasando los años, ya casi nadie se acuerda de cómo hemos llegado a esta situación y los de las cañas a 4 euros dan una vuelta más de tuerca.

No contentos con recibir el doble de dinero que usted por el mismo producto, le acusan de ser una amenaza para ellos porque trabaja muchas horas a la semana e impide que ellos vendan más cañas. Le acusan, incluso, de tener muchos beneficios porque va a cobrar las cañas a 2 euros cuando usted las vendía antes a 1,20. Es decir, tiene usted 80 céntimos de euro de beneficios caídos del cielo, según ellos. Lo que no cuentan es que usted nunca pidió que el gobierno pusiera las cañas a 2 euros ni que subvencionara los bares ineficientes. En sus delirios, piden un impuesto especial que se le aplique únicamente a usted por ganar demasiado (cuando en realidad le deben dinero) y que ese impuesto se destine a seguir financiando sus bares caros e ineficientes. Por si fuera poco, empiezan a pedir que se haga una quita “a la griega” del déficit cervecero y que el dinero que le deben a usted no se lo pague nadie, que se olvide en una suerte de limbo keynesiano.

Lo triste de esta historia es que es real, no pasa con la cerveza, sino con la electricidad. Y lo más triste es que antes, los consumidores, pagábamos por la cerveza 1,20 y ahora pagamos, por la misma cerveza, 2 euros y aún debemos dinero.  Hemos creado un sistema eléctrico caro, ineficiente y que no podemos pagar. Paradójicamente, los que han instalado las tecnologías caras e ineficientes son los que más protestan.

Manuel Fernández Ordóñez
ENERGÍA PARA EL DÍA A DÍA     2012-03-08

22 ago 2013

Sus privilegios

El presidente de la patronal española CEOE ha propuesto que se suspendan los privilegios de quienes tienen contratos de trabajo indefinidos, como forma de acabar con la que llaman “dualidad” del mercado laboral, es decir, la existencia de contratados fijos, por un lado, y temporales, por otro.

Algunos se han apresurado a decir que el presidente se ha ido al monte (CCOO) o que lo que se plantea es una nueva vuelta de tuerca a la reforma laboral (UGT), afirmando que lo que pretende es generalizar la precariedad.

Siendo esto cierto, creo, sin embargo, que conviene recordar el porqué de la existencia de eso que él llama “privilegios”, es decir, el carácter indefinido del contrato (o sea, una cierta “seguridad” de permanencia) o el derecho a una indemnización en caso de despido (cada vez menor por cierto). Conviene recordarlo porque junto a las políticas de ajuste estructural no estamos sólo perdiendo derechos, sino también posición política, tensión ideológica y memoria histórica en relación con nuestros derechos laborales y sociales.

En primer lugar, y desde un punto de vista histórico, esos privilegios son consecuencia de décadas de lucha que acaban por fructificar al término de la segunda guerra mundial, en un contexto político y económico singular marcado por una enorme fortaleza del movimiento obrero, una gran oportunidad de enriquecimiento para el capital con la reconstrucción de Europa y la consolidación de un bloque socialista. En ese escenario, el capital entiende que si no “humaniza” mínimamente y “embrida” su natural totalitario, la clase trabajadora europea acabará provocando la transición al socialismo de los países del bloque capitalista, hipótesis en la cual se le vendría abajo el negocio.

Pero me interesa, en segundo lugar, subrayar la dimensión más ideológica o política que está en la base de esos llamados “privilegios”. Merece la pena recordar que la empresa capitalista constituye un estado de excepción al propio ideal político liberal que predica la igualdad de todas las personas. En el mundo productivo capitalista, como bien sabemos, es una parte (la propietaria) la que decide qué se produce, cómo se produce, a qué ritmo se produce, cuándo se produce, para quién se produce, a cambio de qué se produce, dónde se produce, en qué condiciones se produce… Mientras que la otra parte, el mundo del trabajo, debe aceptar una relación de sumisión y subordinación, a partir de su situación de necesidad de sustento y supervivencia. La empresa capitalista es en definitiva, un espacio opaco a la democracia, toda vez que las llamadas democracias liberales se asientan en el principio indiscutible de la propiedad privada.

La relación laboral, por tanto, no es una relación entre iguales como la que (presunta e idealmente) se da en la sociedad política: en ella no se cumple, por definición, el principio de sufragio universal “una mujer u hombre, un voto”. La empresa es una excepción a la democracia, un espacio donde los principios de igualdad no tienen lugar. Es, por decirlo de otra manera, la piedra de toque de todo el aparato ideológico liberal, toda vez que esa ideología se tuvo por revolucionaria (así se lo reconoció Marx) al predicar la igualdad para arrebatar los “privilegios” de las clases nobiliarias.

Inmanuel Wallerstein explicó magistralmente en su muy recomendable opúsculo (“El capitalismo histórico”, editorial Siglo XXI) de qué manera el aumento de la tasa de salarización (porcentaje de personas asalariadas en relación con la población) es una constante en el capitalismo, más allá de los períodos de destrucción de empleo. Esta salarización creciente no es primordialmente, yo creo, una necesidad económica (porque hay otros sistemas productivos posibles) sino ante todo una opción política de mantenimiento de los privilegios de clase, y no precisamente de los de la clase trabajadora, para el control social, económico y cultural. Los privilegios de los que ahora el presidente de la patronal Rossel habla, no son tales, sino que son en su origen la contrapartida a asumir una relación laboral contraria precisamente a la propia idea de democracia. Esta es la razón, y no otra, por la cual el derecho del trabajo que ahora están demoliendo, era un derecho protector: el legislador daba por supuesto que la relación laboral no era entre iguales, sino que una parte (la empresa) podía convertir esa relación laboral de dependencia en una relación de efectiva esclavitud. Por ello, la vocación de este derecho laboral, a diferencia del mercantil, era proteger a la parte débil del contrato salarial, el trabajo.

Rossel evidentemente, habla desde la actual correlación de fuerzas, sabedor de la sumisión a sus dictados de que hacen gala los partidos con opción de gobernar, dictados que llenan las cuentas B de los partidos para acabar ahora de un plumazo con todos nuestros derechos.

Por todo ello, puestos a hablar de privilegios, el único que yo realmente veo, es aquel del que disponen las empresas, a saber, el de poder disponer, a golpe de ley, de autoridad laboral y policial, de un ejército de personas desempleadas y precarias en situación de necesidad, y ello sin la obligación de respetar los más elementales principios democráticos de igualdad. Ese es el único y fundamental privilegio: el de determinar la producción, la reproducción, las condiciones de vida y de muerte de la inmensa mayoría de las personas del planeta y ello bajo la aureola ser “emprendedores”, osados aventureros de empresa que “crean empleos cuando el mercado los destruye”


Xabi Anza es el Responsable de Formación de ELA

Rebelión

el pintor Pepe Cerdá

Hablé estos dias atrás de mi amigo el pintor Pepe Cerdá y de la divertida entrevista que concedió hace poco a la SER. Hoy insisto sobre él porque llevo unos dias releyendo “Pintor, pinta y calla”, el libro que editó en 2006 la  Biblioteca Aragonesa de la Cultura y que recopila las entradas que publicó a diario en su muy recomendable blog (http://pepe-cerda.blogia.com/) durante los años 2004, 2005 y 2006.

Os dejo con una perla que leí ayer mismo:

El mero hecho de ser implica un cierto grado de inteligibilidad. Nadie puede existir sin comprender mínimamente su entorno. Esto está claro en las sociedades que tienen un contacto directo con el entorno natural, es decir las que se llaman desde el etnocentrismo: primitivas.
Es muy difícil encontrar a un tonto en un pueblo poco desarrollado, bueno mejor dicho, suele haber uno por pueblo que ocupa su plaza y que es el único que no trabaja (quizás no lo sea tanto) por lo que podemos convenir que el porcentaje de estultos es bastante bajo en el medio rural. Además el tonto rural sabe que lo es y cumple un papel bien definido.

Otra cosa muy distinta es el camuflado tonto ciudadano. Que no sabe que lo es y que generalmente pasa la vida en el error de creerse justo lo contrario. El tonto de ciudad normalmente tiene trabajo y viste traje. Suele estar sustentado y camuflado por las nuevas y gigantescas estructuras laborales: las multinacionales, los sistemas financieros, la administración, el funcionariado, etc. Este es su caldo de cultivo ideal, tan ideal como son para la legionela los depósitos de agua de los aires acondicionados.

Como es sabido, la memoria es la inteligencia de los tontos. No suelen tener problema para saberse de memoria las alineaciones de los equipos de fútbol, ni el nombre de los pueblos por los que pase no importa que carretera. Esto hace que no tengan mucho problema para aprobar oposiciones, para entrar en las citadas estructuras . Una vez dentro, esta dotado de otra arma eficacísima para sobrevivir allí: desconoce la duda (que es la herramienta elemental de la sabiduría) y acata las ordenes con eficacia y sin rechistar. En esto es muy parecido a su pariente rural, que es muy amante de hacer recados. Así, haciendo recados, van pasando los quinquenios y va ascendiendo, lenta e inexorablemente. Las grandes estructuras necesitan miles de ellos, solo así por comparación, pueden parecer medianamente brillantes los ejecutivos.
Otra cuestión que les favorece es que son infatigables y que se entretienen con cualquier cosa, esta particularidad también la comparten con su grupo zootécnico original, el del pueblo, que es feliz con un lapicero o con una cuerda o con una lata. Esto hace que los tontos urbanos jamás falten al trabajo, cuanto más rutinario, más contentos. Son pues eficaces, en la kafkiana misión funcionarial que necesita para existir centenares de ellos.

El problema se plantea cuando por el mero hecho de existir en la estructura, por el mero hecho de que pase el tiempo, por la presión de las nuevas generaciones de tontos, llegan inexorablemente a los puestos de decisión. A nada que tengan suerte pueden no ser desenmascarados jamás, puesto que como digo, desconocen la duda y no saben que son tontos, no se cuestionan a sí mismos ni sus decisiones, que suelen tomar con gran aplomo, cosa que hace que incluso sean respetados por sus subordinados.

Como el acierto o el error es una cuestión cada vez más subjetiva, o como mínimo un simple cáculo de probabilidades; como el dinero que se juegan no es suyo ni de nadie que pueda pedirles cuentas, no suelen tener mayor problema. Además, mantienen una exacerbada fe sí mismos y se autoinculpan de sus éxitos. Triunfos que se encargan de publicitar, puesto que no les cabe nada más en la cabeza. De sus fracasos ya culparan a todos los demás, especialmente a cualquier subalterno que haya osado intentar desenmascararle.
Muy al contrario, la persona que se intenta manejar en la vida desde la inteligibilidad, que ocupa un lugar junto al tonto en la estructura a la que nos referimos, suele gustar de la reflexión y ama el debate y la lectura. Suele hacer su trabajo bien y en el menor tiempo posible, para luego dedicarse a otras cuestiones y alimentos del alma. Jamás se referirá a sí misma desde la certeza de ser la mejor y suele ser respetuosa y caritativa. Y, paradójicamente, esto que evidentemente son virtudes, es precisamente lo que la incapacita. Ya que una persona así, para una gran estructura laboral es: perezosa, dispersa, con falta de autoestima y de fe en sí misma. Por lo tanto sin capacidad de liderazgo.
Con estos bueyes se ha de arar…

Enrique Flores.
15-08-2013
http://www.4ojos.com/blog/

La dignidad:   http://pepe-cerda.blogia.com/2013/030501-de-la-dignidad..php

Clase media: el fin de un sueño

Una forma muy simple de medir el nivel de bienestar de un país es observando su porcentaje de clase media. A mayor volumen de personas que forman parte de este grupo, mejor repartida estará la renta de un país. El aumento o disminución de la clase media está estrechamente relacionado con la distribución de la riqueza, de la renta, que se genera en un país.

Durante las últimas dos décadas, en España, las políticas redistributivas de la renta han servido para ensanchar la distancia entre la población de más ingresos y la de menos, este dinámica implica a la vez que la clase media se vaya reduciendo, ya que las políticas redistributivas aplicadas han servido para empobrecer a la mayoría de la población y enriquecer a la minoría.

La clase media, en la década dorada, vio aumentar su capacidad de consumo (compraba más, se permitía hacer vacaciones de miles de euros, etcétera). Como todo iba bien, y no faltaba trabajo -es decir ingresos-, la forma de aumentar su capacidad de compra era endeudándose (el precio del dinero era el más bajo de la historia), ya que el poder aumentar el consumo les permitía alcanzar la “felicidad”. Este endeudamiento lo incentivó y permitió el sistema y a la vez lo estimuló. No tiene nada que ver con la responsabilidad, sino con la concepción de formar parte a una clase social, que requería mantener determinados niveles de consumo (vivienda, coche, vacaciones, ropa, casamientos, comuniones,...).

Ahora dicen que sois los culpables de qué el país esté en crisis, por favor, no os dejéis engañar. Los culpables han sido los grandes directivos de las entidades financieras que diseñaron infinidades de productos financieros para facilitar el consumo (el sobreendeudamiento) y de esta forma aumentar sus beneficios. En segundo lugar, la dejadez y complaciencia de los dirigentes políticos que lo permitieron.

Esta historia o sueño se ha acabado. Habéis trabajado duro pero sois un 20 o un 40 por ciento más pobres que hace cinco años, además,  el Fondo Monetario Internacional considera que se han de reducir los salarios un 10 por ciento más y empeorar las condiciones laborales. El único consuelo que queda es que hay personas que están peor, y que con un poco de suerte pensáis que os podéis escapar del grupo de excluidos sociales.

Vuestros hijos y vuestras hijas, éstas aún más por el simple echo de ser mujeres, tienen un porvenir muy negro y, si quieren intentar conseguir algún trabajo con un cierto nivel retributivo, han de emigrar hacia los países ricos de esta deidad que es Europa, siempre insatisfecha y cruel con sus ciudadanos, que reclama más y más sacrificios “humanos” como en los tiempos antiguos.

La crisis económica actual, provocada por los segmentos más ricos de la sociedad y los gobernantes europeos, aconsejados y legitimados por el Fondo Monetario Internacional, la está padeciendo la mayoría de la población, el 90% de la población de menos ingresos. Las políticas que se han aplicado han estado al servicio de este 1 por ciento de la población más rica perjudicando al resto de los ciudadanos.

Este 1 por ciento ya no se conforma en sobreexplotar a la población de los países en vías de desarrollo, no es suficiente, necesita desmantelar el estado del bienestar que hay en los diferentes países desarrollados y, a la vez, evitar que se traslade a las nuevas economías emergentes. Ahora aquella negligencia política y económica que provocó esta grave crisis económica la hemos de pagar “todas y todos”, en realidad el 90% de la población. El 1 por ciento de la población de más renta continua teniendo el mismo nivel de ingresos, en el peor de los casos, o quizás lo han aumentado y el 9 por ciento lo forman los “vigilantes” y grandes protectores del 1 por ciento que continúan viviendo muy bien.

La pobreza esta empujando y penetrando en nuestra sociedad, pero algunos sectores de la clase media piensan que si se portan bien se podrán escapar de esta situación de empobrecimiento, pero olvidan demasiado a menudo, que los que dirigen el mercado nunca están satisfechos, y que, como aquellos dioses crueles de la antigüedad, necesitan sacrificios a pie del altar: austeridad, es decir, bajada de salarios, disminución de los derechos sociales, empeoramiento de las condiciones laborales, reducción de las becas de estudios o de comedor, incremento del coste sanitario y de la educación, aumento de los recibos de la luz y del agua, etcétera y que los adinerados paguen menos impuestos.

La única forma de salir de esta situación no es buscar una alianza con la clase dirigente, con los súper ricos, pues estos no quieren repartir los beneficios que se están apropiando. Si la clase media quiere sobrevivir se ha de aliar y cooperar con la masa de la población de menos ingresos y han de hacer piña todos juntos y presionar, o si no verán que cada vez son menos y con menos ingresos. Porqué el que está demostrado empíricamente es que los ricos son cada vez más ricos, los pobres son cada vez más (aumento de las personas pobres) y más pobres (cada vez con menos ingresos) y, que la clase media se está empobreciendo y a la vez reduciendo. Todos juntos venís a representar el 90 por ciento de la población que está sometida al 1 por ciento más rico, que es el poder real (los dioses del “mercado”).

El sueño de la noche de verano ha finalizado y se ha de buscar una salida. Ésta existe y es la revuelta social, pacífica por supuesto, hacer un cambio de políticas, de dirigentes y de escala de valores en la que se mueva la sociedad actual. Se ha de mostrar y dejar en evidencia la corrupción, pero sobretodo se ha de participar en la política. Se ha de ser activo no pasivo. Se ha de luchar para potenciar los valores sociales y de respeto a los derechos humanos, sino la sociedad irá a peor y vuestros hijos y vuestras hijas no os lo perdonaran. Se les está dejando una sociedad peor, más pobre, con menos derechos y que solamente prevalecerá el dinero como moneda de cambio entre las personas y no la convivencia, la solidaridad y la cooperación.  Las sociedades las forman personas y por lo tanto los dirigentes de éstas tienen la obligación de servirlas y no de aprovecharse de ellas. Habéis de ser activos para conseguir el bien común.

Joan Pere Enciso i Rodríguez | Departamento de Economía Aplicada. Universidad de Lleida. Portavoz Lleida Social.
nuevatribuna.es | 20 Agosto 2013

16 ago 2013

El dinero que el Estado le ha entregado a la banca

El rescate a la banca asciende ya a casi 250.000 millones de euros.
Según el FMI, la mayor parte no se devolverá

El FROB dio por perdidos 36.000 millones de los 52.000 que se le inyectó a la banca el año pasado. El Fondo Monetario Internacional advierte que los contribuyentes solamente vamos a recuperar 60.000 millones del total entregado desde el inicio de la crisis sistémica, ni el 25% de los 250.000 inyectados, avalados o prestados a las entidades financieras.

Los mecanismos de ayuda a la banca comenzaron durante la pasada legislatura, y según economistas como Eduardo Garzón, "fueron ejecutadas de muy diversas formas: algunas fueron a fondo perdido (el Estado regaló directamente ese dinero), otras tomaron la forma de inversión (si la cosa salía bien el Estado podía ganar dinero; si salía mal, perdía), otras de préstamo, otras de garantías (los bancos pidieron dinero prestado a otros bancos o al Banco Central Europeo con el respaldo del Estado, de forma que si llegado el momento no pueden devolver el dinero, quien debe pagar es el Estado), etc".

Ambos ejecutivos (el de Zapatero y el de Rajoy) aseguraron que estas ayudas serían temporales, y que el dinero entregado a las entidades financieras se recuperaría. Así lo declaró, por ejemplo, Mariano Rajoy en un pleno del Senado de octubre de 2012 tras entregar 40.000 millones a la banca: "Lo de los 40.000 millones es un préstamo a las entidades financieras y son ellas las que tienen que devolverlo. En un caso podrían contar como deuda pública, en otros no, pero eso nunca lo iba a pagar el Estado español. Por tanto no dé la sensación de que no se sabe las cosas diciendo que están en juego 40.000 millones porque no es así".

El dinero de la Unión Europea se prestó al FROB -una entidad pública- y no directamente a la banca. Desde el Fondo de Reestructuración Bancaria se realizaron inyecciones de capital a las Cajas y bancos en la mayor parte de los casos, no préstamos. Así lo diagnostica Eduardo Garzón: "que el Estado termine contabilizando una pérdida depende de la evolución económica de las entidades financieras ayudadas: si a éstas su actividad les va muy bien, podrán devolver el dinero recibido; si les va mal, no podrán hacerlo y el Estado tendrá que admitir que perderá el dinero que en su día desembolsó. Esto último es precisamente lo que se reconoció el pasado viernes [26 de julio]: determinadas cajas de ahorros no podrán devolver el dinero que recibieron y por lo tanto el Estado (es decir, el contribuyente) perderá el dinero".

Se dijo que las entregas desde el FROB tenían un interés del 8% y que se tendrían que devolver en cinco años. José Carlos Díez, profesor de Economía en ICADE, apunta que a día de hoy "ya hemos reconocido 35.000 millones de euros de pérdida y la crisis aún no ha acabado".

Pero los 35.000 millones son sólo la última entrega voluminosa. El FMI cifra en casi 250.000 millones, una cuarta parte del PIB de España, las entregas a la banca. Esta cifra colosal se divide entre los 63.000 millones de inyecciones de capital, avales por 134.000 millones, y 50.000 millones que ha costado el Sareb (banco malo). Para el organismo neoliberal, esas ayudas de cerca de 250.000 millones de euros en muchos casos serán pérdidas, por lo que el camino de vuelta sólo lo harán 60.000 millones, y el Estado perdería casi 190.000 millones.

La cifra ofrecida por el FMI y dividida por organismos de carácter público la ofrece el diario económico Expansión. Según esta fuente, las entidades han recibido en los últimos cinco años 61.400 millones en ayudas de capital, a través del Frob (Fondo de Reestructuración), el fondo de rescate europeo y el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). Aunque éste se financia con aportaciones del sector, su comisión gestora está controlada por el Banco de España, lo que le da un perfil público. Adicionalmente, el Estado ha aportado 2.192 millones en capital a Sareb, el banco malo.

El dinero comprometido a través de Esquemas de Protección de Activos (EPA), seguros contra morosidad futura, se eleva a 28.600 millones. La factura se completa con los avales que el Estado ha dado a la banca y a Sareb, por 155.000 millones.

Los “beneficios resultantes” de todo este apoyo se limitan, a día de hoy, a 60.824 millones.

Por la parte de los avales, ya han vencido 49.563 millones, quedando vivas garantías a la banca por 53.873 millones y los 50.781 millones de Sareb. Por lo se refiere a las ayudas de capital, CaixaBank ha reintegrado 977 millones de Banca Cívica, a lo que hay que sumar el valor de mercado de las participaciones accionariales de en torno al 70% que el Frob tiene en los cuatro bancos "nacionalizados" temporalmente: Bankia (6.195 millones); BMN (918 millones); Catalunya Banc (1.628 millones); y NCG (1.543 millones).

El valor total de estas cuatro participaciones se eleva a 10.284 millones, frente a las ayudas de 45.000 millones aportadas a estos bancos desde el año 2009.

En EEUU bancos como Morgan Stanley, JP Morgan o Bancorp ya devolvieron las ayudas recibidas. Pero ese no es el caso de España. "En España se utilizó muy poco dinero y muy tarde sin reconocer los problemas", explica Fernando González, periodista especializado en economía. Unas ayudas a la banca que ya han costado mucho, y que todavía podrían costar más.

A estas enormes pérdidas hay que sumar que este año el Estado ha estimado que pagará sólo en concepto de intereses por la deuda pública 38.590 millones de euros (3,86% del PIB), la segunda partida presupuestaria sólo por detrás de las pensiones. Según apunta Garzón, el 76% de esta deuda se debe precisamente a entidades financieras, tanto españolas (38,74%) como extranjeras (37,29%), que consiguen fondos al 1% desde el BCE. El mismo Banco Central Europeo que no puede prestar dinero a los Estados porque lo tiene prohibido en el artículo 123 del Tratado de Lisboa. Esta deuda sí se paga puntualmente, y tiene "prioridad absoluta" según la reforma de la Constitución (art. 135) aprobada tras acuerdo de PP y PSOE en el tiempo de descuento de la legislatura anterior;

"Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta".

Para hacernos una idea de lo disparatadas que son estas cifras, baste recordar que en 2012 el Gobierno estimó en 10.000 millones de euros -7.000 para sanidad y 3.000 para educación- el ahorro que el estado obtuvo con los recortes en ambos pilares del Estado del bienestar que aprobó entonces.

César Pérez Navarro
Tercera Información

*Con información de Expansión, de La Sexta y artículos de Eduardo Garzón.

Fuente original: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article56186

8 ago 2013

Las cifras del verdadero fraude laboral

La ministra habla del fraude de aquellos que hacen una chapuza por cincuenta o cien euros. El otro fraude, el que de verdad pone en peligro las pensiones, el de cientos de millones, no le interesa destaparlo, no vaya a procesar a su secretaria general y a sus amigos.


El pasado lunes 5 la ministra de Empleo publicó una carta abierta a los medios de comunicación en la que daba cuenta de las actuaciones de la Inspección y del Plan de control del fraude. En ella, entre otras cosas, no detallaba que se hubiera abierto un expediente al PP porque, en palabras de su Secretaria General, “La indemnización que se pactó fue una indemnización en diferido y como fue una indemnización en diferido, en forma efectivamente de simulación de…, de simulación o de lo que hubiera sido en diferido de lo que antes era una retribución tenía que tener la retención a la Seguridad Social”. Está claro que la simulación que menciona era la de una relación laboral no existente, al menos, en palabras del presidente del gobierno, durante tres años. Esta simulación permite al extesorero del PP cobrar dos años de prestación. El PP también está exento además del fraude fiscal, del fraude laboral.

Si vemos las cifras que da en su carta la ministra, se confirma que es prácticamente inexistente el fraude de perceptores que trabajan ilegalmente. Se ha detectado que solamente 5.833 personas trabajan ilegalmente percibiendo prestaciones. Para amplificarlo, el porcentaje que da la ministra es de un aumento del 29%. No dice la ministra que ese gran fraude detectado supone, en cómputo mensual, 981 actuaciones fraudulentas sobre un promedio de 2.933.109 perceptores. O lo que es lo mismo, el porcentaje de fraude existente es el 0,03% del total de perceptores. No dice nada del número de horas dedicado por la Inspección.

Si miramos la EPA del segundo trimestre, en ella se dice que de media semanal los asalariados han realizado 3.189.900 horas extraordinarias no pagadas y, por lo tanto, no cotizadas y 2.441.400 pagadas aunque habría que ver si cotizadas o “horas negras”. Las horas no pagadas equivalen a 88.855 puestos de trabajo y las pagadas a otros 68.006. En total se podría hablar de un fraude de 156.861 empleos y la ministra mira para otro lado y se preocupa por 5.833. Resulta hipócrita. Estas horas no retribuidas suponen un fraude a los trabajadores de más de mil millones de euros y a la seguridad social de unos 400 millones. Las otras retribuidas pero previsiblemente no cotizadas, supondría un fraude algo superior a los 300 millones. De este frade de más de mil setecientos millones la ministra tampoco dice nada. Mira para otro lado.

En el último semestre el 44% de los contratos indefinidos y el 34% de los temporales son a tiempo parcial. El peso de la contratación a tiempo parcial ha aumentado un 18% en dos años. Para evitar su inspección la ministra ha posibilitado que puedan hacer horas extras. Ahora si un inspector de trabajo encuentra a un trabajador fuera del horario establecido en su contrato, el empresario puede decir que está haciendo horas extras. La ministra ideó la trampa perfecta para un gran fraude, hacer casi imposible el trabajo de los inspectores.

Estos tres ejemplos son claros del llamamiento que ha hecho la ministra: denuncien a sus vecinos si creen que cobran prestaciones y trabajan. Ella no lo ha podido hacer: solamente se acredita que el 0,03% de los percepctores incurren en fraude. El otro fraude, el fraude de verdad de cientos y miles de millones de euros no interesa perseguirlo. Se busca el fraude  de cincuenta euros para ocultar el de millones. ¿Dónde está la investigación al PP que tuvo en alta en la Seguridad Social a alguien que no trabajaba ya en ese partido y según su Secretaria General era una simulación? ¿Dónde está la investigación de miles de horas extras que no son cotizadas y de otras muchas miles que ni son retribuidas ni cotizadas? Esas quitan miles de empleos. ¿Dónde está la búsqueda del fraude en los contratos a tiempo parcial que trabajan muchas más horas de las contratadas sin salario ni cotización y ha sido encubierto por la propia ministra?

Cuando se habla de fraude, la ministra habla de aquellos que hacen una chapuza por cincuenta o cien euros, muchos de ellos con una prestación por debajo de los cuatrocientos. Para luchar contra ella pide la colaboración ciudadana. No es tanto el fraude en sí mismo lo que busca, sino la vieja idea de la derechona más rancia de sembrar que los parados son vagos y tramposos: no quieren trabajar y si cobran prestaciones, quieren hacer trampas. Es el primer paso para recortarlas más.

El otro fraude, el que de verdad pone en peligro las pensiones, el de cientos de millones, no le interesa destaparlo, no vaya a procesar a su secretaria general y a sus amigos, entre otros al ínclito vicepresidente de la CEOE Arturo Fernández que pagaba con sobres para no cotizar.

Por Enrique Negueruela
nuevatribuna.es | 07 Agosto 2013

6 ago 2013

El PPSOE como organización criminal

Un viernes cualquiera de 2010 un Ministro de Zapatero tuvo una ocurrencia genial, como por otro lado era la tónica habitual en aquel gobierno: iban a introducir el concepto de organización criminal en el Código Penal. Yo me lo imagino así: viernes de Consejo de Ministros, poco de lo que hablar y casi nada de trabajo: “¿crisis, qué crisis?”, un par de chascarrillos, que si “cuando salga de aquí un puestito en Endesa”, que “qué vas a hacer este finde con los chavales”; cuando, de repente, uno lo suelta: “pues me estoy viendo los Soprano y son la bomba, y la idea esta de la Ley RICO es lo más: como lo que hacemos con los terroristas pero con los mafiosos” Y bingo, como nada es de tanto gusto para el estado que definir al “enemigo”, toda la maquinaria se puso en funcionamiento para dar lugar al concepto penal de organización criminal, aprobado por la Ley Orgánica 5/2010 de 22 de junio que introduce en el Código Penal los artículos 570 bis, 570 ter y 570 cuáter (en esto no se devanaron mucho los sesos, la verdad).

Lo que dice el artículo 570 bis del Código Penal al respecto de las organizaciones criminales es lo siguiente:

“1. Quienes promovieren, constituyeren, organizaren, coordinaren o dirigieren una organización criminal serán castigados con la pena de prisión de cuatro a ocho años si aquélla tuviere por finalidad u objeto la comisión de delitos graves, y con la pena de prisión de tres a seis años en los demás casos; y quienes participaren activamente en la organización, formaren parte de ella o cooperaren económicamente o de cualquier otro modo con la misma serán castigados con las penas de prisión de dos a cinco años si tuviere como fin la comisión de delitos graves, y con la pena de prisión de uno a tres años en los demás casos. A los efectos de este Código se entiende por organización criminal la agrupación formada por más de dos personas con carácter estable o por tiempo indefinido, que de manera concertada y coordinada se repartan diversas tareas o funciones con el fin de cometer delitos, así como de llevar a cabo la perpetración reiterada de faltas”.

Disculpad el subrayado, pero es que por lo que la prensa tradicional ha venido contando últimamente este apartado final podría aparecer perfectamente en los estatutos del Partido Popular, y desde luego describe a la perfección (en tándem con otros varios artículos del CP) la mal llamada trama de “los papeles de Bárcenas”, en cuya instrucción se ha acreditado (y así lo señalan a su vez la mayor parte de las organizaciones querellantes) que de forma continua e institucionalizada el Partido Popular habría recibido de donaciones en B por parte de empresarios destinados entre otras cosas a pagar (en B también) a sus dirigentes, que después tendrían la obligación de satisfacer las solicitudes de estos empresarios en materia de política económica, concesiones urbanísticas y chanchullos varios.

Claro, que se podría pensar que los lumbreras del Partido Socialista que aprobaron la modificación del Código Penal de 2010 apostaban a que esto sucedería en el Partido Popular; pero si uno se detiene un rato en el caso de la mal llamada trama de los ERE se puede constatar fácilmente que tampoco es que en la bancada de la oposición (o del Gobierno de la Junta de Andalucía) se encuentren a día de hoy tan lejos de Alcalá Meco, donde si el tiempo sigue pasando y las imputaciones siguen su cauce, pueden trasladar el periodo de sesiones parlamentarias de la próxima legislatura.

“Te lo dije”: esa es la victoria pírrica que nos merecemos los maniqueos. Porque cuando contábamos a nuestro alrededor que estábamos gobernados por delincuentes nuestros interlocutores alzaban la ceja y miraban por encima del hombro. Pues te lo dije: hay un tipo penal que inauguraron ellos hace bien poco y que cuadra perfectamente con la definición que todos y todas nos hacemos de sus partidos políticos y el uso que les dan. Es más, son tan torpes que ellos mismos han tendido su propia trampa como en los dibujos animados del correcaminos; y son tan brutos, tan terroríficamente brutos que, por ejemplo, han firmados recibís de pagos que no han declarado a Hacienda, que es claramente de primero de delincuencia. Y claro, en un mundo donde ser gobernados por delincuentes no es precisamente la excepción, que los tuyos sean los más malos y los más brutos coincidiremos que deja en muy mal lugar la “marca España”, signifique eso lo que signifique.

El caso es que los maniqueos ya tenemos nuestra victoria pírrica: hemos convencido a los incrédulos y parece que más o menos ya estamos de acuerdo en que los que nos gobiernan son una organización criminal y que el sistema es corrupto. Ahora tocará seguir este jueves echando a la mafia de las instituciones y regenerar con un proceso constituyente un nuevo sistema político donde brillen por su ausencia todos esos chorizos, que además de chorizos son unos mantas.


Nacho Trillo
@laredjuridica
Julio 2013

2 ago 2013

La percepción de la pobreza como debilidad moral.

La difusión mediática de la idea que asocia esfuerzo personal con éxito profesional tiene como efecto secundario la percepción errónea de la pobreza como un problema de debilidad moral. 


Resulta alarmante la extensión de la pobreza como consecuencia de las medidas neoliberales aplicadas presuntamente para salir de la crisis. En el último trimestre de 2012 el INE situaba a uno de cada cinco españoles en situación de exclusión social, afectando especialmente a las personas en edad de trabajar, entre quienes la tasa aumentaba hasta el 21 %.

Pero la pobreza ya existía en nuestro país cuando todo iba bien y aunque hoy por hoy nadie negaría que las tasas actuales tienen un origen socio-económico claro, en los tiempos de vacas gordas, cuando el sistema repartía trabajo a diestro y siniestro, el común de los mortales no percibía la exclusión social de esta manera, antes bien la atribuía a causas individuales, relacionadas con características morales: falta de iniciativa, de ambición o de trabajo duro. ¿Cuando todo iba bien quién no escuchó en la calle frecuentemente la frase: “En España quién no trabaja es porque no quiere”?

El fenómeno de la pobreza es sumamente complejo y entre sus causas encontramos tanto factores socio-sistémicos como individuales: enfermedades que originen una seria vulnerabilidad económica, carencias educativas, falta de movilidad social, ausencia de igualdad de oportunidades, problemas psicológicos o la propia dinámica de destrucción-creación que según Schumpeter caracteriza al capitalismo.

Pero aunque la opinión pública sepa que los niveles actuales de desempleo deriven de un fenómeno socio-económico de dimensiones históricas, de algún modo entre los ciudadanos sigue latente la concepción de la pobreza predominante en tiempos de bonanza económica: la idea de que los pobres son en buena parte responsables de su propio destino,  de que "si no trabajan será porque algo han hecho mal". El caso es que esta asociación entre esfuerzo personal y éxito profesional se ha extendido hasta el punto de convertirse en un referente cultural, que a través del proceso de socialización se introduce en la mayoría de las conciencias, y es en buena parte responsable de la percepción de la exclusión como un problema de debilidad moral.

Prueba de ello son los sentimientos de culpa, fracaso o vergüenza que suelen sentir quienes pierden su empleo. Estas emociones tienen una raíz socio-cultural localizable en una visión personal sobredimensionada de la relación entre esfuerzo personal y éxitos profesionales. El sentimiento de culpa al perder el empleo en circunstancias de depresión económica sólo puede explicarse, descartados otros motivos, por una autopercepción errónea del problema,  que sobrevalora el papel del individuo en la carrera por conseguir y mantener un empleo, obviando factores socio-económicos, políticos e históricos que condicionan con mayor influencia el resultado final de ese esfuerzo personal, más aún durante una crisis económica. Y en cierta medida, estos sentimientos se originan en parte por falta de sentido crítico con las opiniones propias o ajenas y por la ausencia de cultura sociológica, necesaria para entender el mundo contemporáneo.

Pero estas carencias educativas están ampliamente generalizadas y no en vano esta percepción de la pobreza  la encontramos en diferentes países de la OCDE por la influencia sobre la opinión pública de una cultura acrítica de los logros del esfuerzo personal difundida entre otros por los grandes grupos mediáticos transnacionales.

Un buen ejemplo de los efectos de estas ideas nos lo brinda la sociedad norteamericana. Así, en un estudio de 1983 de la Universidad de Kentucky sobre las actitudes de los estadounidenses hacia la pobreza y el desempleo, el 58 % de los encuestados afirmaba que muchos pobres o receptores de ayudas no quieren trabajar duro o carecen de ambición (1). Lo más sintomático de este estudio consiste en que la mayoría de los que opinaban que los desempleados eran responsables de su situación se encontraba en una escala social baja, dentro de una nueva categoría de asalariados conocida en Estados Unidos como working-poors (trabajadores pobres),  nacida hacia finales de los 70 y crecida desde entonces por la deslocalización industrial y una tendencia histórica que ha ido disminuyendo significativamente el poder adquisitivo de los salarios y sustituyendo el empleo estable por temporal. De acuerdo con un análisis publicado en la Journal of Economics Issues, las condiciones de estos trabajadores llegan al extremo de no poder salir de la pobreza a pesar de trabajar jornadas completas durante años debido a los bajos salarios que reciben en compensación (2).

Aunque la pobreza suele asociarse con el desempleo, en países como Reino Unido, USA o Australia un número creciente de trabajadores permanecen en la pobreza a pesar de trabajar muy duro. En Australia un 7,4 % de la población activa se encuentra por debajo del umbral de la pobreza (3). En USA entre 7 y 9 millones de personas empleadas están clasificadas como pobres por el gobierno y estas cifras varían en función del concepto de pobreza que se maneje (4).

Sin embargo, a pesar de este panorama socio-económico, más de la mitad de los working-poors, cegados por su ética del esfuerzo, consideran que la condición de pobre o afortunado viene determinada fundamentalmente por el empeño del individuo y su capacidad para trabajar duro. Estas actitudes permiten que incluso en periodos de recesión, cuando evidentemente aumenta la dificultad para encontrar un empleo, los trabajadores, agobiados por la presión fiscal creciente, expresen abiertamente opiniones contrarias a las ayudas sociales o al aumento de los subsidios por desempleo. (5)

Los medios, la escuela, la familia, las instituciones religiosas o los políticos han difundido esta ética del trabajo acientífica que vincula el éxito profesional con el esfuerzo personal y, el fracaso con la debilidad moral del carácter. Estos prejuicios constituyen una red conceptual que configura una opinión pública con cierta inclinación a sospechar del pobre, a culparlo explícita o implícitamente de su situación, puesto que en la explicación inmediata que el ciudadano se da a sí mismo de la exclusión se acentúa la culpabilidad del individuo sobre la de las instituciones sociales, el sistema económico o la negligencia política. De hecho, hay estudios psicológicos que concluyen que aquellos individuos que creen firmemente en la cultura del esfuerzo como factor determinante de la movilidad social tienden a culpar más a los desempleados y pobres por su situación, pasando por alto o infravalorando los factores socio-económicos que causan estos problemas (6). A su vez, la persona afectada por la exclusión tiende también a culparse, a verse a sí misma como responsable de su problema, circunstancia que acentúa los problemas psicológicos vinculados a la pobreza

Esta percepción resulta irreflexiva y acrítica por incompleta, puesto que deja a un lado la notable complejidad social del fenómeno, desestimando factores tan significativos como las tendencias macroeconómicas, la desigualdad socioeconómica, la evolución de los salarios y las rentas del capital, la degradación de la movilidad social y otras razones sociales de peso. Esta equivocada visión del binomio esfuerzo-éxito fomenta como efecto secundario una percepción popular de la pobreza y el desempleo como problemas individuales, derivados de la debilidad moral del individuo afectado, y deviene un estado de opinión general peligrosamente insolidario y apático frente a los problemas sociales que afectan a otros, llegando a convertirse en los peores casos en un respaldo social a las políticas dirigidas a recortar los derechos sociales de los más desprotegidos.


Sebastián Goldsmith

Notas

(1) Feldman, S. “Economic individualism and American Public Opinion”. American Politics Quarterly. Vol 11. Nº 1. 1983.

(2) Kim, M. “The working poor: lousy jobs or lazy workers?” Journal of Economic Issues. Vol 32. Nº 1. 1998.

(3) Horin, Adele. "Working but poor: how 476,000 battle". Sydney Morning Herald. 25 July. 1998.

(4) Boutwell, Clinton. Shell game: corporate´s America´s agenda for schools. Bloomington. Indiana. 1997.

(5) Beder, Sharon. Selling the work ethic. Zed Books. London. 2000.

(6) Furham, A. The protestant work ethic: the psychology of work-related beliefs and behaviours. Routledge. London. 1990.

 http://agenciatigris.blogspot.com.es/2013/07/la-percepcion-de-la-pobreza-como.html
Artículo de Agencia Tigris