Capitalismo hoy: el riesgo
permanente
Sobre el libro “LA CORROSION DEL
CARÁCTER Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo
capitalismo”por Richard Sennett. Editorial Anagrama, Colección
Argumentos, Barcelona, 2000. 188 páginas.
Richard Sennett es inglés, sociólogo y profesor de la renombrada London
School of Economics y otras sedes universitarias. Académico de dilatada
trayectoria en el estudio del trabajo, la familia y las clases sociales, goza
del reconocimiento de importantes intelectuales y colegas de renombre
internacional. Entre ellos, el historiador inglés Eric Hosbawn, que lo considera
como uno de “nuestros mejores sociólogos”. Vale aclarar a lectores desprevenidos
que Sennett no se ubica en el terreno del marxismo revolucionario. Él mismo nos
dice que se siente, aunque incómodo, formando parte de “esa nebulosa situada
justo a la izquierda del centro, en donde las palabras ampulosas son más
importantes que los hechos”, a la que llegó luego de algunos desencantos. Eso
sí, con la misma honestidad con que nos aclara su posicionamiento político, se
sumerge en la problemática a estudiar.
No espere el lector encontrar aquí un crudo alegato
anticapitalista contra las actuales formas de la organización del trabajo.
Tampoco, a pesar de lo que podría sugerir su titulo, algo así como un estudio de
los estragos psicológicos causados en los trabajadores por el neocapitalismo.
Nada de eso es el presente ensayo.
El lector, interesado o no en la temática del trabajo, encontrará aquí un
intento por desnudar las consecuencias, a veces evidentes y brutales, otras
aparentemente inofensivas, provocadas por la flexibilidad laboral en la
subjetividad de los trabajadores. Ese es el tema de este libro: el impacto de
los cambios laborales en los sentimientos, en los viejos valores aceptados
socialmente, en la relación entre las personas.
Sennett encara este ensayo sin hacer distingos originados por el lugar de
procedencia en la pirámide salarial. Estudia, entrevista y analiza a obreros
panaderos de Boston, también a programadores altamente especializados pero
despedidos de IBM, e incluso a un joven y exitoso ejecutivo norteamericano, hijo
de un portero y a quien muchos no dudarían en rotularlo como un “triunfador” (el
encomillado es mío). Y en todos ellos encuentra las profundas huellas dejadas
por el nuevo capitalismo.
El autor pone bajo su lupa de sociólogo los grandes cambios
operados, fundamentalmente en los Estados Unidos y parcialmente en Gran
Bretaña: la veloz extensión del trabajo flexible, el ataque a los males de
la rutina y los horarios rígidos, la organización empresarial en red como
oposición a la vieja pirámide burocrática, el nuevo lugar de la autoridad en el
mundo laboral, el trabajo en grupo, etc. Sennett muestra lo que está
cambiando y que esto nuevo viene cargado de incertidumbre, pérdida de confianza
en uno mismo y en los demás, y de una sensación de estar a la deriva y de vivir
en riesgo permanente. El capitalismo impaciente de nuestros días proclama, por
boca de sus líderes “Nada a largo plazo”, lo que significa que de poco vale la
experiencia y que nada está asegurado; que todo proyecto debe ser a corto plazo
y que en cualquier momento uno es prescindible, independientemente del esfuerzo
realizado. Asistimos al fin de la “carrera” laboral, lo que se impone es el
trabajo fragmentado Para los trabajadores eso tiene una angustiante lectura:
sólo se puede pensar en el presente. ¿Cómo imaginar un futuro en estas
condiciones? A lo largo de una vida sólo se harán fragmentos de distintos
trabajos. ¿Cómo saber entonces lo que somos, si no terminamos de saber lo que
hacemos?
Para evitar juicios apresurados, aclaremos que Sennett no hace
nada parecido a una apología de las pasadas formas de organización laboral ni de
la rutina estupidizante del viejo capitalismo. Él mismo lo aclara sobre el
final, luego de pasar revista a los cambios “Al pintar este cuadro soy muy
consciente de que, a pesar de todas las reservas, corre el peligro de parecer un
contraste con un antes que era mejor y un ahora peor... El problema que nos
enfrentamos ahora es cómo organizar nuestra vida personal ahora, en un
capitalismo que dispone de nosotros y nos deja a la deriva”. Y más allá
de los términos y categorías que se utilicen para describirlo, este ensayo logra
mostrar cómo, detrás de formas aparentemente más flexibles y menos autoritarias,
más grupales y menos rutinarias, se esconden los viejos y conocidos objetivos
del capitalismo: más productividad, más trabajo con menos gente, más poder
patronal al interior de los lugares de trabajos, más debilitamiento de las
organizaciones sindicales.“Pensaba que este lugar sería diferente con su
concepto de equipo y todas esas bonitas palabras, pero la dirección sólo está
tratando de que la gente trabaje hasta reventar “ testimonia un desilusionado
operario en la cadena de montaje del complejo Subaru-Isuzu. Siempre el mismo
objetivo: la ganancia.
El lector se encontrará con un libro de lectura ágil, con un
ritmo ajeno a los textos técnicos o especializados, que invita a la reflexión
desapasionada. Sennett arrastra al lector a una gira conceptual donde desfilan
clásicos de la Antigüedad, pensadores de la modernidad e investigadores
contemporáneos. Podrá el lector discrepar con pocas o muchas de sus afirmaciones
o análisis, pero terminada la lectura queda la sensación de que este ensayo es
un aporte valioso para comprender los cambios vertiginosos que se están operando
en el mundo del trabajo y la sociedad. Cambios que hacen que las certezas de
ayer no sean para muchos hoy tan evidentes. Tiene razón Sennett cuando afirma
que “El nuevo capitalismo es con frecuencia, un régimen de poder
ilegible”. Libros como este, más allá aun de las intenciones de
sus autores, ayudan a “leer” mejor al capitalismo de nuestros días; son un
aporte para denunciarlo y combatirlo más eficazmente. Y eso ya es un mérito
¿verdad?
Mozzo, Enrique.
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