Si algunas encuestas aciertan en sus estimaciones, en las elecciones europeas se podría registrar una abstención del 60.1% del electorado, veintidós millones de ciudadanos que, haciendo dejación de sus derechos, harán posible una victoria por la mínima del PP que apoyará en Europa las opciones conservadoras del luxemburgués Jean-Claude Juncker, el candidato de Ángela Merkel, de los mercados y el bienestarcidio. Al hacer dejación de sus derechos por creer que las elecciones del Parlamento Europeo no repercuten en la política nacional, o bien porque con un mal sentido del pasotismo o del purismo ideológico, no se sienten representados por ninguna de las opciones que se presentan en los comicios para elegir a los dirigentes de la UE, el futuro de la economía de nuestro país estará en manos de esos veintidós millones de irresponsables que, en buena parte, están escuchando los cantos de sirena de la derecha, a la que beneficia la abstención, toda vez que el PP sufre una irremediable caída de votos, dada la desafección de buena parte de su electorado al que, a fuerza de falacias y corrupción, viene defraudando desde que llegó al poder.
La idea de que la abstención es una opción tan respetable como el voto a cualquier partido, propugnado desde sectores afines al PP y la caverna mediática, la hacen valer quienes son afines al partido del Gobierno. Si se tiene en cuenta que, según las encuestas, el PP no recuperará de ninguna manera una cifra de votantes lejanamente parecida a la que le llevó a La Moncloa en 2011, solo la abstención puede salvarle del fracaso. En las elecciones generales, el partido liderado por Mariano Raxoi, obtuvo más de once millones de votos, el 45%, ahora las encuestas mueven sus cifras en una horquilla de descenso entre el 29 y el 31%, perdiendo como poco once puntos respeto a las elecciones generales, lo que le hace pasar de los más de once millones a tan solo cuatro y medio de sus incondicionales.
Tampoco se muestran las encuestas positivas respecto al PSOE, partido que, aunque empeñado en marcar las diferencias con los populares no puede hacer olvidar al electorado su sometimiento a los deseos de Ángela Merkel y los mercados en su anterior etapa de Gobierno y el hecho de que con frecuencia, en el Parlamento Europeo vote, al igual que todos los partidos incluidos en el grupo socialdemócrata, medidas neoliberales que no permiten distinguir sus políticas de las de la derecha. El PSOE perderá, según las encuestas hasta 1.8 millones de votos respecto a las elecciones europeas de hace cinco años.
Ante ese panorama, si los abstencionistas se inclinasen hacia opciones de clase, podrían sumar una buena cantidad de escaños que harían que el Parlamento europeo tuviese un cariz ideológico muy diferente del actual, donde los grupos de izquierdas son meramente testimoniales y la política neocon es aplicada como un rodillo por las fuerzas más conservadoras, responsables de los infames recortes que sufrimos en este país, a cuyo Gobierno, del PP, le han venido muy bien las presiones para reducir el déficit y llevar a cabo ajustes y reformas que están suponiendo la desaparición total del Estado del Bienestar de una manera mucho más dura que la que se está llevando a cabo en los países del norte que tanto recomiendan ajustes, reformas, pérdida de derechos de los trabajadores y unas bajadas de salarios que están llevando a los españoles, aún con trabajo, a la absoluta pobreza.
No se entiende cómo esos veintidós millones de abstencionistas no son capaces de ver con claridad el daño que se hacen a sí mismos y sus conciudadanos con una postura mostrenca que tan solo beneficiará a la reacción europea y a la de aquí.
Ir a votar el día 25 de Mayo, y votar a los partidos que están en contra de los recortes y el bienestarcidio, del mantenimiento de políticas neocon que tan solo benefician a los mercados, resulta imprescindible.
Porque hacer dejación del derecho a votar no es sino poner en bandeja la victoria a quienes están empobreciendo este país y toda Europa a mayor beneficio de los especuladores financieros y los plutócratas.
Impresiones de una periodista en paro.
15-Mayo-2014.
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