La desgracia que enluta África no es para el régimen de EEUU más que un buen pretexto para desplegar tropas estadounidenses en ese continente
Washington anuncia la creación de un puesto de mando militar en Liberia
Ante la «epidemia sin precedente de ébola que se extiende de manera exponencial en África Occidental», el presidente Obama anunció que «a pedido del gobierno liberiano» Estados Unidos establecerá «un puesto de mando militar en Liberia».
Se trata de un «cuartel general de mando para la fuerza conjunta», precisa el AfriCom ([el mando militar estadounidense en África] cuya «área de responsabilidad» cubre todo el continente, con excepción de Egipto). Bajo las órdenes del general Darryl Williams –quien ya se halla en Liberia–, ese cuartel general contará con al menos 3 000 militares estadounidenses, un puente aéreo y un centro de selección en Senegal y ejercerá el «mando y control» de la operación internacional contra el ébola, que incluye el envío de personal médico y hospitales de campaña.
Según Obama, esto es «un ejemplo de lo que sucede cuando Estados Unidos toma el mando para enfrentar los más importantes desafíos mundiales». En su reciente discurso, Obama detalló al mundo la lista de esos desafíos, afirmando que sólo Estados Unidos tiene «la capacidad y la voluntad de movilizar el mundo contra los terroristas del ISIS [Emirato Islámico (ex EIIL)]», de «unir el mundo contra la agresión rusa» y de «contener y erradicar el ébola».
Aunque es extremadamente remota la posibilidad de que el ébola llegue a extenderse hasta Estados Unidos, Obama subrayó en el discurso que pronunció en el Centro de Control y Prevención de Enfermedades –con sede en Atlanta, Georgia– que en África Occidental esa enfermedad ha provocado la muerte de «más de 2 400 hombres, mujeres y niños». Acontecimiento ciertamente trágico aunque bastante limitado si lo relacionamos con el hecho que la población del África Occidental se eleva a alrededor de 350 millones de personas, que toda la región subsahariana cuenta casi 950 millones de habitantes, que cada año el sida mata en la región más de un millón de adultos y niños, y que en el África subsahariana y en el sur de Asia simples diarreas acaban cada año con las vidas de 600 000 niños de menos de 5 años (más de 1 600 muertes al día).
Esas enfermedades, al igual que todas las demás llamadas «enfermedades de la pobreza», que cada año provocan en el África subsahariana varios millones de muertes prematuras y casos de invalidez, son consecuencia de la malnutrición, de la escasez de agua potable y de las malas condiciones higiénico-sanitarias en las que vive la población pobre. Esa población, según los datos del Banco Mundial) es el 70% de los habitantes de la región y el 49% vive en condiciones de pobreza extrema. Así que la campaña de Obama tiene todas las características de un pretexto.
El África Occidental, donde el Pentágono ahora instala su propio cuartel general invocando oficialmente la lucha contra el ébola, es muy rica en materias primas: petróleo en Nigeria y Benin; diamantes en Sierra Leona y Costa de Marfil; fosfatos en Togo y Senegal; caucho, oro y diamantes en Liberia; oro y diamantes en Guinea y Ghana; y bauxita en Guinea. Las tierras más fértiles se reservan para el cultivo de cacao, piña, maní y algodón. Pero la población local prácticamente no se beneficia con la explotación de esos recursos ya que las transnacionales y las élites locales se reparten los ingresos, además de enriquecerse con la exportación de maderas preciosas, sin importales las graves consecuencias de la deforestación para el medio ambiente.
Pero los intereses de las grandes compañías estadounidenses y europeas están en peligro debido a las rebeliones populares (como la del delta del Níger, resultado de las consecuencias medioambientales y sociales de la explotación del petróleo) y a la competencia de China, cuyas inversiones resultan mucho más útiles y ventajosas para los países africanos.
Para tratar de mantener su influencia en África, Estados Unidos creó en 2007 el AfriCom. Utilizando como cobertura las supuestas operaciones humanitarias, esa estructura militar estadounidense recluta y forma en los países africanos oficiales y miembros de las fuerzas especiales locales a través de cientos de actividades militares. Una base fundamental para la realización de esas operaciones es la base de Sigonella –en Sicilia–, donde está desplegada la Task Force de los marines estadounidenses. Desde esa base parte la rotación de los escuadrones estadounidenses en África, fundamentalmente en África Occidental.
Desde allí comienza la campaña de Obama «contra el virus del ébola».
por Manlio Dinucci
25/09/2014
Il Manifesto - Red Voltaire
Washington anuncia la creación de un puesto de mando militar en Liberia
Ante la «epidemia sin precedente de ébola que se extiende de manera exponencial en África Occidental», el presidente Obama anunció que «a pedido del gobierno liberiano» Estados Unidos establecerá «un puesto de mando militar en Liberia».
Se trata de un «cuartel general de mando para la fuerza conjunta», precisa el AfriCom ([el mando militar estadounidense en África] cuya «área de responsabilidad» cubre todo el continente, con excepción de Egipto). Bajo las órdenes del general Darryl Williams –quien ya se halla en Liberia–, ese cuartel general contará con al menos 3 000 militares estadounidenses, un puente aéreo y un centro de selección en Senegal y ejercerá el «mando y control» de la operación internacional contra el ébola, que incluye el envío de personal médico y hospitales de campaña.
Según Obama, esto es «un ejemplo de lo que sucede cuando Estados Unidos toma el mando para enfrentar los más importantes desafíos mundiales». En su reciente discurso, Obama detalló al mundo la lista de esos desafíos, afirmando que sólo Estados Unidos tiene «la capacidad y la voluntad de movilizar el mundo contra los terroristas del ISIS [Emirato Islámico (ex EIIL)]», de «unir el mundo contra la agresión rusa» y de «contener y erradicar el ébola».
Aunque es extremadamente remota la posibilidad de que el ébola llegue a extenderse hasta Estados Unidos, Obama subrayó en el discurso que pronunció en el Centro de Control y Prevención de Enfermedades –con sede en Atlanta, Georgia– que en África Occidental esa enfermedad ha provocado la muerte de «más de 2 400 hombres, mujeres y niños». Acontecimiento ciertamente trágico aunque bastante limitado si lo relacionamos con el hecho que la población del África Occidental se eleva a alrededor de 350 millones de personas, que toda la región subsahariana cuenta casi 950 millones de habitantes, que cada año el sida mata en la región más de un millón de adultos y niños, y que en el África subsahariana y en el sur de Asia simples diarreas acaban cada año con las vidas de 600 000 niños de menos de 5 años (más de 1 600 muertes al día).
Esas enfermedades, al igual que todas las demás llamadas «enfermedades de la pobreza», que cada año provocan en el África subsahariana varios millones de muertes prematuras y casos de invalidez, son consecuencia de la malnutrición, de la escasez de agua potable y de las malas condiciones higiénico-sanitarias en las que vive la población pobre. Esa población, según los datos del Banco Mundial) es el 70% de los habitantes de la región y el 49% vive en condiciones de pobreza extrema. Así que la campaña de Obama tiene todas las características de un pretexto.
El África Occidental, donde el Pentágono ahora instala su propio cuartel general invocando oficialmente la lucha contra el ébola, es muy rica en materias primas: petróleo en Nigeria y Benin; diamantes en Sierra Leona y Costa de Marfil; fosfatos en Togo y Senegal; caucho, oro y diamantes en Liberia; oro y diamantes en Guinea y Ghana; y bauxita en Guinea. Las tierras más fértiles se reservan para el cultivo de cacao, piña, maní y algodón. Pero la población local prácticamente no se beneficia con la explotación de esos recursos ya que las transnacionales y las élites locales se reparten los ingresos, además de enriquecerse con la exportación de maderas preciosas, sin importales las graves consecuencias de la deforestación para el medio ambiente.
Pero los intereses de las grandes compañías estadounidenses y europeas están en peligro debido a las rebeliones populares (como la del delta del Níger, resultado de las consecuencias medioambientales y sociales de la explotación del petróleo) y a la competencia de China, cuyas inversiones resultan mucho más útiles y ventajosas para los países africanos.
Para tratar de mantener su influencia en África, Estados Unidos creó en 2007 el AfriCom. Utilizando como cobertura las supuestas operaciones humanitarias, esa estructura militar estadounidense recluta y forma en los países africanos oficiales y miembros de las fuerzas especiales locales a través de cientos de actividades militares. Una base fundamental para la realización de esas operaciones es la base de Sigonella –en Sicilia–, donde está desplegada la Task Force de los marines estadounidenses. Desde esa base parte la rotación de los escuadrones estadounidenses en África, fundamentalmente en África Occidental.
Desde allí comienza la campaña de Obama «contra el virus del ébola».
por Manlio Dinucci
25/09/2014
Il Manifesto - Red Voltaire
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