24 ago 2015

Se vende parcela... de información

LIBERTAD DE PRENSA, PUBLICIDAD OPACA Y SUBVENCIONES OCULTAS

Portadas de los diarios nacionales con publicidad del Banco Santander, el 28 de enero.
Portadas de los diarios nacionales con publicidad del Banco Santander, el 28 de enero. By Pablo Machuca.


Se venden parcelas de información en periódicos nacionales, regionales y/o locales. Interesados, pónganse en contacto con los departamentos de publicidad.

No, no es un anuncio real, pero así es como funciona la prensa. La fragilidad económica provocada por la crisis que azota a los periódicos españoles --deudas, pérdida de ventas, descenso del número de lectores, creciente cercanía al poder, falta de credibilidad-- ha sumergido a los medios en una situación de sumisión total ante las grandes compañías e instituciones políticas que invierten en publicidad.

Los últimos informes de InfoAdex, compañía referente en el control de la actividad publicitaria en España, cifran en 948,2 millones los ingresos anuales por publicidad en prensa (sumando diarios, revistas y dominicales). Las cifras de internet son “difíciles de obtener”, cuentan desde InfoAdex; sin embargo, el último Informe Anual de la Profesión Periodística, elaborado por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), cifra los ingresos por publicidad de los periódicos digitales en 381 millones de euros en 2013.
La información se vende por parcelas, al peso, en fascículos y de forma cada vez más opaca al único postor en una feria que convierte a la prensa en soporte de ataque directo a la libertad de expresión. Se da cobertura informativa a los que pagan: el viejo perro guardián de Paul Nizan tampoco muerde la mano de quien le da de comer.

El informe de la APM citado más arriba aclara que, en 2014, el 27,8% de los 1.647 periodistas encuestados recibió presiones por parte de instancias políticas, el 16,9% fueron presionados por representantes de las instituciones públicas y el 19,6% por parte de los anunciantes.
El periodista queda vendido ante un mercado informativo que le presiona para informar (o callar) al gusto del pagador. Pero no solo él, también el lector queda indefenso ante la deslealtad de la prensa, ya sea en papel o digital, porque tampoco los nuevos medios han sabido decir no al manjar económico que les proporciona la publicidad opaca y encubierta, conocida también con la expresión anglosajona branded content —contenido patrocinado, sin especificar que lo es—.

"Es un término que los de publicidad se han inventado para definir algo que el periodismo hacía desde siempre", asegura Carlos Chaguaceda, director de comunicación de UNESA (Asociación Española de la Industria Eléctrica), con una amplia experiencia en el sector después de haber sido director de comunicación de Coca-Cola, de Telefónica y director de informativos de Antena 3, entre otros cargos.

La parcela publicitaria vendida como información


Las grandes empresas siempre han tenido estrechas relaciones con la prensa. Los casos de Coca-Cola y Banco Santander han sido los más evidentes en estos últimos tiempos. Recordemos la compra de las portadas de El País, ABC, El Mundo, La Razón, La Vanguardia, El Periódico y 20minutos por parte del banco de Ana Patricia Botín para publicitar unas becas. Recordemos el silencio de gran parte de la prensa española durante el proceso del ERE de la fábrica de Coca-Cola en Fuenlabrada (Madrid) y la página de publicidad de la empresa, que apareció en los periódicos antes mencionados, al día siguiente de la ratificación del Tribunal Supremo que declaró nulo dicho ERE.


Los periódicos nunca han puesto especiales reparos en publicitar a las empresas sin importar cuáles sean sus valores o su actividad. Ahora, tampoco ponen pegas para colgar en sus webs anuncios como el de la nueva cuenta 1, 2, 3 del Banco Santander, a pesar de los peligros que ese producto financiero pueda suponer a los clientes [de los que ya informó CTXT]. Desde la entidad no quieren especificar en cuántos periódicos digitales en los que han insertado publicidad sobre su nueva cuenta; pero en las últimas semanas se ha podido ver dicho anuncio en numerosos y diversos diarios online.

Estos anuncios, muchas veces invasivos, agresivos e irritantes --que miden su influencia en el número de pinchazos que reciben--, son la forma de sustento convencional que siempre ha mantenido a la prensa en papel; sin embargo, en estos últimos años de crisis, el perfil del consumidor ha cambiado: muchos ya no toleran o se creen la publicidad, otros rechazan los anuncios que solo se pueden cerrar tras una larga batalla con el ratón.

Este cambio ha obligado a modificar la manera en la que se les inyectan los mensajes publicitarios. Las marcas han hecho proliferar una forma de anunciarse que, siendo encubierta, en numerosas ocasiones pasa por información editorial del periódico: el branded content consiste en realizar un artículo o reportaje ligado a una marca concreta sin especificar que ese contenido es publicidad y está pagado por una empresa. Algunas veces, la marca aparece en el titular; otras, ni siquiera eso: los reportajes hablan de temas que interesan a esas empresas, y ofrecen opiniones de expertos que las empresas facilitan a los redactores.
"No hay que verlo negativamente sino como una nueva realidad que es imparable. Las compañías necesitan contar con la credibilidad de los medios y estos necesitan el apoyo de las compañías para generar ingresos", afirma Chaguaceda. "En la nueva sociedad de la comunicación, el marketing no es posible sin que pase por los medios. Los límites entre la publicidad y la información se han difuminado por la presión comercial y porque los hábitos de consumo se han normalizado".

Chaguaceda, que no es "muy partidario" de la publicidad encubierta, ya que, afirma, "el lector debe saber lo que está leyendo", advierte que el branded content es una práctica que "no blinda a las empresas contra la verdad", que no esconde “la realidad de tu empresa; y quien lo piense está equivocado”.

La verdad acaba saliendo, tanto si es buena como si es mala, opina Chaguaceda. Pero a pesar de ello existen malas prácticas, tanto periodísticas como publicitarias, en este terreno informativo-comercial. Una prueba es que los periodistas no se atreven a delatar a su medio ni a hablar sobre estos contenidos dando sus nombres y apellidos. ¿Por qué? No está el panorama laboral como para hablar mal de un periódico, ni siquiera si has sido despedido de él.

Las fuentes consultadas para este reportaje afirman que la publicidad encubierta "se ha hecho siempre en los suplementos" de la prensa, y que "últimamente está saltando a otras secciones de forma descarada". Para Chaguaceda, que ve los toros desde otra barrera, esta realidad se explica de forma distinta: "Los medios publicitan de manera inconsciente cualquier cosa a la que hacen caso. Y ahora se han dado cuenta de que eso tiene un valor y han empezado a cobrarlo".

Pero, ¿cómo podemos saber que un reportaje es branded content? No podemos saberlo, solo intuirlo. Como, por ejemplo, intuimos que la información que apareció el pasado 27 de junio en El País, sección Economía, sobre las ensaladas de bolsa la había patrocinado una marca del sector.

Avidez mediática


¿Es fácil colocar un artículo de este tipo en la prensa? Adela (nombre ficticio) trabaja en una agencia de comunicación y cuenta que es “súper sencillo” colar este tipo de informaciones publicitarias en los periódicos. “Es indignante porque ya hasta los propios medios te vienen a buscar. Están tan ávidos de dinero que ya lo hacen hasta los medios en los que antes era impensable".


“El branded content es un concepto que la gente de a pie no entiende”, asegura Adela, “porque aunque sea un contenido informativo, como publicidad está en tierra de nadie. Y eso es lo que aprovechan medios y empresas”. Sin embargo, la gravedad llega todavía más lejos: “a veces, incluso, ya lo importante no es que las empresas paguen por contenidos, sino que los propios medios te dicen que si no tienes publicidad en ellos no te van a publicar nada”.

“Como la publicidad tradicional ya no funciona, utilizan esto”, afirma Adela. Los publirreportajes en los que no aparecen las marcas ni la palabra publicidad por ninguna parte se multiplican. “Hay veces que te cargan un coste adicional por que la información la escriba un redactor, otras veces la escribes tú. Eso sí, tiene que pasar el visto bueno de redacción, porque si el mensaje es demasiado publicitario te lo maquetan como un publirreportaje”.
Adela apunta que en un medio regional, un reportaje de estas características suele costar entre 2.000 y 5.000 euros. En cuanto a los precios de medios nacionales, no se atreve a decir a cuánto se vende la parcela de información.

Chaguaceda tampoco se adentra en este terreno porque, dice, los “acuerdos” que él conoció “no son de ese tipo. No es véndeme una página, sino yo me anuncio en tantas páginas y te voy presentando mis proyectos, al que te interese le haces caso, pero dentro de un paquete de relación comercial”.
Ambos insisten en que se hacen buenos trabajos desde el sector de la comunicación institucional, que no todo son malas prácticas, que no siempre la empresa es la mala de la película, pero en ningún caso justifican el branded content. “Es un acuerdo en el que si tú ganas, yo gano”, dice Chaguaceda, "pero eso sí, siempre que no se mercadee con la credibilidad del medio ni del periodista”. Adela es más tajante: “A mí como periodista me parece vergonzoso”, dice.

Periódicos zombis para el lavado de imagen


Además de la publicidad comercial, las instituciones políticas han alcanzado cada vez más poder en los medios en los últimos años.

Bajo la presidencia de Esperaza Aguirre, la Comunidad de Madrid contrató los servicios de Alejandro de Pedro Llorca, informático y presunto conseguidor de la trama Púnica, para mejorar la imagen de la entonces presidenta y de su sucesor, Ignacio González. En su declaración del 30 de octubre de 2014 ante el juez que instruye la causa, Eloy Velasco, De Pedro aseguró que la deuda generada por la Comunidad de Madrid fue de 120.000 euros, a razón de 10.000 mensuales.

El imputado de la Operación Púnica, que según se ha sabido esta semana también cobró del PP nacional, aseguró que, con ese dinero, tenía a dos personas asignadas “full-time” para mejorar el posicionamiento en internet de la Comunidad de Madrid. Y a preguntas de la fiscal del caso reconoció que una de esas dos personas estuvo asignada a lavar la imagen, en exclusiva, de Ignacio González en relación al caso de su ático en Estepona.

¿Cómo limpiaba la trama Púnica la imagen de los políticos? Repitiendo muchas veces una misma noticia positiva hasta conseguir relegar las negativas que generaban otras webs. Por ejemplo, en el caso de Aguirre utilizaron, entre otros, tres dominios relacionados con ella (noticiasesperanzaaguirre.es, hablaconesperanzaaguirre.com y wikipediaesperanzaaguirre.es), además de numerosos periódicos locales.
De Pedro creó decenas de diarios dedicados a hacer este tipo de labores: los periódicos zombis. La empresa Estrategia de Identidad y Comunicación Online (EICO), propiedad de De Pedro, llegó a manejar a través del grupo de prensa Madiva un total de 50 periódicos locales encargados de distribuir noticias positivas sobre empresas y políticos. Entre sus clientes se encontraban el Real Madrid, Telefónica, Bankia e IDC Salud.

Según declaró Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, al juez Velasco, De Pedro cobraba 25.000 euros mensuales por posicionar al club "en el extranjero". Trabajo que también realizaba en España a través de diario-bernabeu.com, cuyo director, Javier Iglesias, cobraba 1.800 euros al mes de EICO.
Bankia también pagó sus servicios para contrarrestar las noticias en internet sobre el escándalo de sus productos fraudulentos: las preferentes, actividad por la que De Pedro llegaría a cobrar en 2014, según una información publicada en infoLibre, 120.000 euros.

La contratación de estos mismos servicios provocó la imputación en la trama Púnica de la exconsejera de Educación, Juventud y Deporte de la Comunidad de Madrid Lucía Figar, por adjudicar presuntamente un contrato de 80.000 euros a Alejandro De Pedro para que mejorase su imagen en redes sociales.
Ya no solo se trata de comprar una parcela informativa, de hacerse con un artículo o reportaje, sino de comprar periódicos enteros para jugar con la información que le llega a los lectores y crear o lavar, ensuciando el periodismo, la imagen de unos pocos.

Al repasar estas actividades ‘informativas’ del Partido Popular y sus instituciones resulta incomprensible la polémica suscitada alrededor de la página Versión Original, que puso en marcha el Ayuntamiento de Madrid. Manuela Carmena no ha contratado a de De Pedro, sino que ha impulsado un blog de forma abierta y transparente, sin tratar de que parezca un periódico formal, para “desmentir y matizar” las informaciones que el consistorio no considera correctas.

El PP, el PSOE y Ciudadanos han sido críticos acérrimos de la página de Carmena. Incluso la APM y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) han criticado la puesta en marcha de Versión Original. Sin embargo, dar la versión institucional de los hechos es algo que hacen muchos gobiernos europeos, centrales y regionales. ¿Por qué asusta tanto en España? ¿Será porque el ayuntamiento no paga a los periódicos por dar su versión?

Los bancos: capos de la prensa


Entre los peligros que acechan a la libertad de prensa, las entidades bancarias juegan un papel fundamental. En uno de los famosos correos del expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa apareció un documento que recoge la inversión publicitaria de Caja Madrid en las radios entre 2002 y 2005: en concreto, la entidad invirtió 7,61 millones de euros repartidos de forma arbitraria e injusta.

Más de 2,8 millones fueron a parar a la Cadena Ser, que con una audiencia de casi cinco millones de oyentes, recibió 0,6 euros por oyente. Mientras, Radio Intereconomía, con una media de audiencia de 67.400, recibió 13,70 euros por oyente. La que menos dinero recibió del banco de Blesa fue Radio Euskadi, una cifra que no llegó a los 28.000 euros. Sin embargo, su audiencia alcanzaba a un público de 259.000 personas: 0,11 euros por oyente.

Aunque, tal vez, que el sector bancario compre a la prensa no debería sorprender tanto: la gran banca es hoy accionista y, por tanto, dueña, de varios grupos de comunicación. En el accionariado de Prisa encontramos al HSBC (el banco suizo al que iba a parar la evasión fiscal de la Lista Falciani), a CaixaBank y al Banco Santander. Entre los tres agrupan más del 23% de las acciones del grupo.
Jaime Castellanos Borrego, consejero del Grupo Vocento con un 4% de los derechos de voto en la Junta de Accionistas, es presidente en España de la Banca de Inversiones Lazard, una entidad franco-norteamericana vinculada al caso Bankia e implicada en un pago irregular a Rodrigo Rato de 6,1 millones de euros que investiga la Fiscalía Anticorrupción.

El presidente del Grupo Godó, Javier Godó Muntañola, estuvo integrado en el Consejo de Administración de CaixaBank, puesto que abandonó el 30 de junio de 2014 para formar parte del todopoderoso holding empresarial de la entidad financiera catalana presidida por Isidro Fainé: Criteria CaixaHolding.
Cuando los bancos son los capos de la prensa, ¿cómo negarles la portada de nuestros periódicos para publicitar unas becas?

La compra de la prensa con dinero público


Las empresas, los políticos y las entidades financieras no son los únicos que se lanzan a la compra de periódicos. Entre los gobiernos autonómicos, consistorios, ministerios y la prensa siempre ha existido un contrato de información institucional a cambio de ingentes sumas de dinero público. Es lo que se conoce como convenios opacos: todo el mundo sabe que existen, pero nadie suele verlos.


¿Cómo funcionan? Las instituciones dan una cantidad de dinero público al periódico a cambio de que se mantenga a los ciudadanos informados sobre lo que hace el Gobierno o sobre lo que dicho gobierno quiera.

El último caso conocido de rescisión de uno de estos convenios ha sido el que había entre el Ayuntamiento de Barcelona y La Vanguardia. La nueva alcaldesa de la ciudad condal, Ada Colau, decidió este mes de julio dejar de pagar los cinco millones de euros que venía otorgando el consistorio al periódico del Grupo Godó. Este contrato, que Colau no va a renovar, ayuda a entender por qué en los últimos tiempos La Vanguardia ha defendido una postura tan cercana al Gobierno de Artur Mas.

Los casos más sonados de compra de la prensa por parte institucional se han dado en Catalunya con la Generalitat de Artur Mas y en Castilla la Mancha con María Dolores de Cospedal, aseguran fuentes de asociaciones de periodistas. “Aunque lo realmente sangrante, en cualquier comunidad, es que no se reparta el dinero público de forma equitativa entre los medios según sus audiencias”, denuncian.
El diario El Plural tuvo acceso en diciembre de 2014 a esos “dineros opacos” que Cospedal repartía a los medios: en total, 22 millones de euros destinados a “medios de comunicación amigos”, entre los que había radios, televisiones, prensa y periódicos digitales.

La merendola mediática se realizaba “a través de la opaca Fundación para la Promoción de Castilla-La Mancha”, según El Plural. Los favoritos de la presidenta eran el Grupo Méndez Pozo (editor de La Tribuna), que se embolsaba casi cinco millones de euros, TV Popular y Guadanews, a quienes correspondía un trozo del pastel de más de 2,5 millones, y ABC, que se tragaba casi dos millones de euros. A su lado era ridícula la cantidad destinada a El País: 2.094 euros, a pesar de ser el periódico más vendido en Castilla-La Mancha.

Otro ejemplo de gobierno autonómico que inyecta dinero en la prensa es el de Alberto Núñez Feijóo. El presidente de la Xunta de Galicia ha firmado durante 2015 una serie de convenios por valor de casi medio millón: un total de 485.274,32 euros. ¿Quién es el favorito de la Conselleria de Presidencia? La Voz de Galicia, que recibe 243.709 euros.

Las cuentas correspondientes a los convenios entre instituciones y prensa no son fáciles de encontrar. “El problema es que normalmente el contrato no es con el medio (solo es así en algunos casos, como la campaña de la Dirección General de Tráfico en radios, que sí se adjudica de manera directa) sino con una central que se encarga luego de la difusión. Y ahí es donde se pierde la pista, porque no sabemos cómo se reparten. No son convenios entre prensa e instituciones, que quede claro”, explica Eva Belmonte, responsable de proyectos de civio.es y creadora de elboenuestrodecadadía.com.
El dinero destinado a la prensa se camufla a veces desde fundaciones, o adopta forma de “regalos”, cuenta otro periodista anónimo. “Los regalos que da el periódico a los lectores vienen a veces financiados por la comunidad o las empresas. Es una forma de meter dinero en el periódico sin que aparezca en ningún sitio”.

Acuerdo marco


La duda es: en la actualidad, ¿sale todo el dinero de las Comunidades Autónomas y fundaciones varias del acuerdo marco de publicidad institucional aprobado por la Administración General del Estado en 2014? El 8 de mayo de 2014, el Gobierno aprobó la licitación de la compra de espacios en medios de comunicación para publicidad. Fue la primera vez que se centralizó la contratación de estos servicios. El acuerdo estimaba destinar a los medios un total de 77 millones de euros.


En base al convenio, el Gobierno elegiría a cinco agencias de medios encargadas de insertar sus actividades en televisiones, radio, prensa, internet y otros soportes. El criterio para la elección de dichas agencias era que, en uno de los últimos tres años, hubieran tenido un volumen de negocio superior a los 600.000 euros. El acuerdo suponía dejar fuera a las empresas que no superasen dicho volumen, tal como informó el portal elboenuestrodecadadía.com.

Si hasta ese momento la información que pudiera tener el ciudadano acerca de este tipo de actividades era pésima, el convenio en cuestión la hacía todavía más opaca. Pues establecía que la publicación de los contratos de adjudicación con dichas agencias se haría solo si estas "lo estimaban oportuno".

Nuevos canales de televisión

Menos opaca es la información relativa a la concesión de canales de televisión. Pero no supone un chantaje menor. En otoño de 2015, a pocos meses de las elecciones generales, el Gobierno prevé asignar seis nuevos canales que los beneficiarios podrán utilizar durante 15 años. Atresmedia, Mediaset, Prisa, 13TV, Secuoya, Net TV (de Vocento), Real Madrid TV, Radio Blanca y El Corte Inglés cumplen con las condiciones para ser adjudicatarios del concurso: una cifra de negocio de al menos 2,5 millones de euros en los últimos tres años y una garantía de seis millones de euros por cada licencia solicitada.
De nuevo el Gobierno discrimina a las empresas que no alcancen el volumen de negocio establecido. Pero lo importante aquí es: ¿por qué conceder seis canales a pocos meses de las elecciones? Evidente: es otra forma de comprar el silencio, de comprar las palabras, las que podrían hacer daño y las que pueden beneficiar en plena campaña.

Aunque, a diferencia de Silvio Berlusconi, el actual Gobierno de España no posee ningún medio privado, estas subvenciones y concesiones estatales dibujan un mapa mediático peor que el de las peores épocas berlusconianas: el PP, con la ayuda de la gran banca y de las empress del Ibex 35, controla hoy de forma casi totalitaria la prensa, las televisiones, las radios, hasta hacer que todas las líneas editoriales sean, exceptuando algunos medios nuevos radicalmente independientes, las mismas.
El gasto estimado por la Administración General del Estado en subvenciones a los medios de comunicación para 2014 fue de 41 millones. Los 36 restantes siguen gastándose durante este año. Parece seguro que los beneficiados serán los más afines al Partido Popular.

¿Está la prensa comprada por el poder? Sí, sin duda, por el poder institucional, por el poder bancario y por el empresarial. ¿Es algo que pasa en todas partes? Tal vez sí, pero no olvidemos que la generalización de una costumbre no la justifica ni la legitima.
La prensa, según nos contaron nuestros maestros, servía para ser el guardián que evita los excesos del poder. Pero el poder ha conseguido comprar a nuestro pitbull hambriento a base de galletitas para perro: la mayor parte de la prensa española le lame la mano al partido, a la empresa o al banco de turno. ¿Quién va a enseñarle al animal que saciaría mejor su hambre si se los comiera a ellos?

Por Marta Semitiel
06-08-2015


21 ago 2015

La (in)cultura del gatillo fácil

Tener el gatillo fácil (o el dron) en sociedades más o menos desestructuradas como Afganistán, Libia, Yemen y Somalia, o en países destrozados por la guerra como Irak, no suele ser un problema. Se puede afirmar que todos los muertos eran terroristas y nadie va a contradecir la versión del mando. Su sociedad civil (inexistente) carece de medios para ofrecer una información alternativa.

Las versiones oficiales sirven para proteger a “los chicos” que se han pasado en el uso de sus armas; también ayudan a enredar las investigaciones, cuando las hay, si el caso es tan escandaloso como el de la matanza de la plaza Nisour de Bagdad. Unos matones de Blackwater (ahora llamada Academi) abrieron fuego indiscriminadamente sobre un grupo de personas el 16 de septiembre de 2007 sin que mediara otra amenaza que su miedo. Perdieron la vida 17 civiles iraquíes. Cuando son de los “nuestros” los llamamos “contratistas”; cuando son del enemigo, “mercenarios”.


Pero el mundo está cambiando; ahora la impunidad en más difícil de sostener. Existen Internet, las redes sociales, los teléfonos móviles. Y existe WikiLeaks. Su primera gran filtración fue el ametrallamiento desde un helicóptero Apache de 12 personas, incluido Namir Noor-Eldeen, de 22 años, fotógrafo de la agencia Reuters. Sucedió en julio de 2007 en Nuevo Bagdad, un barrio de la capital iraquí. El alto mando de EEUU siempre se negó a dar explicaciones de lo ocurrido y a permitir una investigación periodística. Este vídeo demuestra por qué.


Esta cultura de violencia desmedida, del abuso constante e impune de la autoridad, esta deshumanización del enemigo que también deshumaniza al deshumanizador, ha terminado por infectar a una parte significativa de los cuerpos de policía de EEUU. Algunos agentes tratan a los sospechosos, y más si son jóvenes negros, estén o no armados, como si fueran peligrosos talibanes del valle del Korengal

Vivimos inmersos en una (in)cultura de la imagen, que tiene grandes ventajas, sin duda, pero también importantes inconvenientes. La realidad nos llega a través de la televisión, el cine, las “apps” y los videojuegos. Existe una potenciación del mundo virtual frente al real que permite generar una distancia emocional que reduce el impacto del dolor. Se puede ser un criminal de guerra en un videojuego, sentir placer al apretar un gatillo sin que haya consecuencias penales o morales. Sucede a los jóvenes, a los policías y a los periodistas que dejan de pisar la calle y hablar con personas normales: resulta cada vez más complicado separar la realidad y de la ficción.

La violencia policial en EEUU empieza a ser una epidemia alarmante. Ya no se puede decir que se trata de casos aislados. Son tan frecuentes los incidentes en los que agentes de policía blancos disparan sobre civiles negros que es evidente que algo no va bien. Hay un problema estructural grave incompatible con los valores de la democracia y de las propias leyes estadounidenses.

Identities.mic recoge 25 aspectos de la brutalidad policial que deberíamos conocer y ofrece algunos datos concretos. Dos ejemplos: el número de personas muertas por la policía de EEUU se elevó a 1.149 en 2014. En lo que llevamos de año, han muerto más de 470. Es llamativo si tenemos en cuenta que la policía noruega lleva desde 2006 sin matar a nadie.

Les recomiendo los gráficos de Mapping Police Violence. Según uno de esos gráficos, un ciudadano negro tiene el triple de posibilidades de resultar tiroteado por un policía que uno blanco. El 33% de los negros muertos no llevaban armas.

Un año después de Ferguson, el diario Le Monde, editorializa sobre la violencia policial en EEUU  y la revista The New Yorker publica un artículo sobre la impunidad policial y como afecta a la credibilidad del sistema. No hablamos solo de Ferguson . Hablamos de un síntoma, de que el gatillo fácil en Bagdad se ha trasladado a las ciudades de EEUU y de que policías que deberían ser los garantes de la ley se han transformado en su principal amenaza. Son una minoría, pero el sistema los protege.


Parece claro que falla la formación policial, y que existe un racismo subyacente en algunas de sus actuaciones. No ayuda a los buenos policías, que son mayoría, que los malos policías puedan matar con impunidad protegidos por jefes que alteran pruebas y compañeros que mienten en una indecente muestra de corporativismo.

Un policía no puede sacar el arma y disparar sobre una persona para resolver un incidente menor de tráfico, o que Sandra Bland acabe detenida por no poner un intermitente y muera en su celda en circunstancias sospechosas. Son demasiados casos.


La influencia de los conflictos exteriores, de la manera de comportarse, gritar y de abusar de la autoridad es perceptible también desde la uniformidad de los policías antidisturbios. ¿Es necesario vestirse como el Mad Max? ¿De dónde ha salido esta gente? ¿Tanquetas para patrullar en una universidad tejana?





Por Ramón Lobo
12-08-2015
Fuente

17 ago 2015

6 mentiras taurinas 6

Por orden de aparición en cualquier discusión sobre lo poco apropiado que resulta definir como “fiesta nacional” a una bárbara tortura animal:

1. “Es una tradición”. Es una falacia clásica, también conocida como argumentum ad antiquitatem. Que algo sea antiguo no significa que sea bueno. La prostitución, la tortura o la esclavitud son tradiciones aún más viejas que la tauromaquia.

2. “Sin corridas, el toro de lidia se extinguiría”. Bastaría con que los ayuntamientos gastasen en reservas naturales una cuarta parte de lo que hoy emplean en subvencionar la tortura animal para evitar tal drama. El lince ibérico también está en peligro de extinción, y nadie defiende que la solución sea torearle.

3. “El toro no sufre”. Hay un veterinario, jaleado por el lobby taurino, que dice haberlo demostrado científicamente por medio de unos misteriosos microchips, que ha implantado en algunos toros. De momento, su importante descubrimiento sólo ha sido publicado por la prestigiosa revista científica 6 toros 6. Ya que su investigación está tan avanzada, le recomendaría que probase ahora con humanos. Si no encuentra voluntarios, cosa probable, que empiece él mismo con las banderillas.

4. “También se mata a los terneros”. Pero el ternero, según la ley, debe ser sacrificado con el menor dolor posible, y al toro se le tortura. En Catalunya, la ley de maltrato animal recoge a los toros de lidia como excepción. Si toreasen a una oveja, incurrirían en un delito penado con cárcel.

5. “Es una pelea de igual a igual entre el hombre y el toro”. ¿Igualada? No hay más que ver cómo suele quedar el marcador.

6. “Los que quieren prohibir los toros son independentistas catalanes, contrarios a la fiesta nacional”. Pues yo vivo en Madrid y nací en Torresandino, Burgos.

Por Escolar
18-12-2014
Fuente

13 ago 2015

Carta de un particular a Mariano Rajoy

No se me habría pasado por la cabeza escribir una carta al presidente del Gobierno, y menos en mitad de las vacaciones de verano, si no fuera porque llega un momento en que uno cree percibir que la ofensa es personalizada. Uno lee lo que lee, escucha lo que escucha, y se pregunta si la ola de calor está haciendo estragos aún mayores de los imaginables. ¿Es posible que desde el poder político se considere que la idiocia es generalizada y que los ciudadanos formamos un magma incapaz de responder al insulto permanente? Así será, porque si no cuesta mucho creer que la estrategia decidida en vísperas de unas elecciones generales sea tan rematadamente simple: o me votan a mí, que soy el lince que ha conseguido salvar a este país de la ruina total, o votan el caos, representado por cualquiera que no sea el PP. Lo demás no importa.

A estas alturas del verano, ya lo de menos es que todo el mundo olvide que los datos macroeconómicos positivos sean consecuencia del cambio de políticas del Banco Central Europeo (BCE) o de la reducción de los precios del petróleo, y tengan poco que ver con la rendición total del Gobierno español a la salvaje devaluación salarial decretada por instancias internacionales. Lo trascendente, lo indignante en este negro agosto, es que usted decida alegremente seguir considerando a los ciudadanos como menores de edad y al régimen democrático como una especie de cortijo andaluz (o de pazo gallego) sometido al capricho del señorito. ¿Volvemos a la España de Machado o de Pardo Bazán? ¿Acaso nunca la superamos?

No le escribo como periodista, sino como simple particular afectado por su actitud y algunas de sus ofensivas declaraciones.

MINISTROS E IMPUTADOS

Hemos sabido que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha recibido en su despacho del ministerio a Rodrigo Rato, imputado por graves delitos de corrupción. Después de admitir la existencia de la reunión, el ministerio ha comunicado oficialmente que se trataba de una cita de “carácter exclusivamente personal y completamente al margen de la situación procesal” del expresidente de Caja Madrid y de Bankia.

El señor Rato ha tenido a bien aclarar al periódico El País que en esa reunión se habló “de todo” lo que le “está pasando”. Y por muy presunto delincuente que sea Rato, cabe dar credibilidad a sus palabras, puesto que no viene a cuento pensar que en sus circunstancias pida cita con un ministro para comentar la próxima temporada de la Liga de fútbol o las beatificaciones previstas por el Vaticano. En todo caso, si se trata de “asuntos personales”, Fernández Díaz debería dar cita en su casa, en un bar o en un confesonario, pero siempre en horas libres no pagadas por los contribuyentes.

Usted, que es (incluso en vacaciones) presidente del Gobierno, se ha negado a opinar sobre dicha reunión, pero anuncia que será el ministro Fernández Díaz quien dé las explicaciones pertinentes en sede parlamentaria, aunque ya avanza que “no va a haber nada de particular”. Vamos, que considera absolutamente normal que un ministro y un imputado por corrupción de su mismo partido con procesos judiciales pendientes se reúnan en el ministerio y en horario de trabajo.

Se le olvida que usted mismo exigió (y consiguió) en 2009 la cabeza del entonces ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, por haber coincidido en una cacería en Jaén con el juez Baltasar Garzón. Y ni se molestó en preguntar si habían hablado o no de algún caso judicial políticamente espinoso. Ni llegamos a saber siquiera si se habían encontrado a solas en algún momento. Tiene usted la ventaja de que los principales dirigentes de la oposición también están de vacaciones y no han considerado oportuno interrumpirlas para solemnizar la petición de dimisión de Fernández Díaz o para (por ejemplo) comprometerse a no firmar acuerdo alguno con el PP mientras no se asuman las responsabilidades políticas oportunas.

Señor presidente del Gobierno: es evidente que a usted le importa un bledo el respeto a la dignidad democrática. Su ministro de Economía, Luis de Guindos, atendió gustoso las peticiones de Francisco Granados, encarcelado por su papel principal en la trama Púnica, y usted ni se ha molestado en comentar tamaño disparate (justificado nada menos que por su ministro de Justicia, Rafael Catalá). Simplemente pasa del asunto y hasta se irrita si le pregunta algún periodista. Su exministro de Educación, José Ignacio Wert, le obligó a hacer una crisis de gobierno que no quería y al mismo tiempo le pidió ser nombrado para un cargo público en París con el fin de estar cerca de su pareja en la sede de la OCDE. Ha esperado al verano, pero ha cumplido usted semejante petición en un ejercicio de nepotismo más propio del conde de Romanones que de un líder democrático del siglo XXI.

Para rematar el acaloramiento político del verano, hemos sabido (gracias a la investigación documentada de nuestro compañero Tono Calleja) que su íntima adversaria Esperanza Aguirre mintió descaradamente al afirmar que el ‘conseguidor’ de la trama Púnica jamás había trabajado para el PP de Madrid, que ella preside. Tampoco le parece a usted relevante la información, o quizás sólo prefiere que Aguirre se vaya cociendo en su propia olla.

EL OTOÑO Y "EL MARTILLEO"

Usted y los miembros de su gobierno parecen empeñados en que se trata de asuntos "entre particulares". El caso es que un ciudadano particular sólo puede llegar a la conclusión de que no quiere usted entender nada de lo que viene pasando. Parece que solamente le preocupa el “martilleo de algunas televisiones” sobre la corrupción, en lugar de avergonzarse y tomar medidas cuando sus propios ministros compadrean con los presuntos corruptos. ¿Sería usted tan amable de aclarar si Guindos o Fernández Díaz le consultaron acerca de sus gestiones con Granados o con Rato? ¿No tiene absolutamente nada que apuntar acerca de las mentiras de Esperanza Aguirre sobre la Púnica? ¿Ignora acaso que en nuestros países vecinos los ministros dimiten por haber engañado en dos párrafos de una tesis doctoral en la universidad?

Como particular uno puede sospechar que los SMS de ánimo que usted envió a Luis Bárcenas le tienen tan atado que le impiden abrir la boca sobre las relaciones de Aguirre con Granados, y que ya da lo mismo la magnitud de los dislates que en su entorno se produzcan: sólo cabe la huida hacia delante. Y si es capaz de reaccionar así respecto a Guindos, Fernández Díaz o Aguirre, mejor no imaginar el otoño que nos espera. Circula la especie de que su única obsesión es debilitar al máximo ese “martilleo” de algunos medios de comunicación. Habrá que comprobar hasta qué punto llega el asedio al ejercicio democrático.

Se le olvida, eso sí, que vivimos una realidad distinta a la que usted cuenta. Le han dicho sus asesores que tiene que hablar más con la prensa. Lo cual no quiere decir que no importe el contenido de lo que diga. Hay medios independientes, y crece el número de ciudadanos que no se conforma con ver los telediarios o con hojear las cabeceras tradicionales o con leer los comunicados oficiales.

Descanse lo que pueda. Pero cuando salga y hable, procure no ofender, si es posible.

                                               Con respeto,
                                              Un particular.

Por Jesús Marañas
11-08-2015
Fuente

11 ago 2015

Los costes de las energías renovables han bajado drásticamente

Los costes de las energías renovables han bajado drásticamente

La energía solar es cara, ¿no? o eso nos quieren hacer creer o eso creen la mayoría. En realidad, el alto costo de la energía alternativa es un buen ejemplo de lo que en ingles se llama “mesofact”, y que no es otra cosa que un cambio lento a lo largo del tiempo. Como muestra este gráfico, el costo de producción de células fotovoltaicas se ha reducido durante los últimos 35 años, aunque todo el mundo sigue pensando que sigue siendo tan cara como hace 35 años.

Relacionado: La energía solar y eólica mas barata que los combustibles fósiles en EE.UU.

Los parques eólicos ya proporcionan el 2% de la electricidad mundial, y su capacidad se duplica cada tres años. Si se mantiene este ritmo de crecimiento, la energía eólica superará a la energía nuclear en una década. A pesar de que todavía tiene sus oponentes, la eólica es ya una tecnología adulta. Pero es en el campo de la energía solar donde mas ha crecido, la producción de esta energía alternativa creció 86% el año pasado.

La causa de este fenómeno, que los defensores de la energía solar llaman como ley de Swanson, a imitación de la ley de Moore en el coste de los transistores. La ley de Moore sugiere que el tamaño de los transistores (y también su coste) se reduce a la mitad cada 18 meses, mas o menos. La ley de Swanson, el nombre de Richard Swanson, fundador de SunPower, un gran fabricante de células solares de USA, sugiere que el costo de las células fotovoltaicas necesarias para generar energía solar cae en un 20% con cada duplicación de la capacidad de fabricación global. El resultado (véase el gráfico) es que los módulos utilizados para las plantas de energía solar, cuestan menos de un dólar por vatio de producción.

El coste de montaje de los parques solares está en 4$ por vatio. Las centrales de carbón, en comparación, cuestan alrededor de 3$ por vatio en los Estados Unidos, y las plantas de gas natural cuestan $ 1. Con estos datos, en regiones soleadas como California, la energía fotovoltaica ya podría competir sin subsidios con la energía tradicional mas costosas, como las plantas “fluctuantes” de gas natural que se mantienen en stand-by para satisfacer picos de demanda. Por otra parte, avances tecnológicos que se han desarrollado y probado en el laboratorio, pero aún no se han trasladado a las fábrica, nos indican que la ley de Swanson todavía tiene muchos años de recorrido.

Larga vida a las energías “alternativas”, alternativas que en poco tiempo serán convencionales.

1 DICIEMBRE, 2014
Visto en: http://www.economist.com/




7 ago 2015

El neoliberalismo y su negación del cambio climático

Uno de los acontecimientos que están afectando más notablemente el bienestar de las poblaciones hoy en el mundo es el cambio climático, una situación que ha sido creada por intervención humana. La evidencia científica de que esto es así es abrumadora, lo cual no es obstáculo para que las fuerzas neoliberales ?muchas de ellas son las mismas que niegan que la Gran Recesión ha sido causada por la imposición de sus políticas económicas neoliberales? nieguen que estamos en medio de un cambio climático y/o que este haya sido resultado de la acción humana en su búsqueda sin límites de la optimización de los intereses económicos y financieros de las grandes empresas transnacionales a nivel mundial.

Una de estas fuerzas políticas es el Partido Libertario de EEUU, hoy muy influyente en el movimiento de ultraderecha estadounidense, el Tea Party, a su vez muy exitoso en la configuración de muchas de las políticas públicas más retrógradas del Partido Republicano de aquel país, partido que controla hoy el Senado y la Cámara Baja del Gobierno Federal de EEUU. Su negativismo y completa impermeabilidad a la evidencia científica está alcanzando niveles altamente preocupantes. Y debido a las grandes cajas de resonancia que le ofrecen los mayores medios de información controlados o próximos a aquellos intereses económicos y financieros transnacionales, esta visión se está extendiendo en EEUU. Uno de los casos más conocidos es Florida, uno de los Estados donde hay mayor influencia de la cultura hispánica debido en gran parte a la comunidad cubana procedente del exilio.

En la parte sur de Florida el nivel del mar crecerá en las próximas décadas 0.6 metros, creando grandes inundaciones, con un coste que se calcula puede alcanzar miles de millones de dólares. Miami es una de las ciudades más afectadas en esta nueva situación. A pesar de ello, la respuesta del Partido Republicano gobernante en ese Estado ha sido no solo ignorar este peligro, sino también negar un cambio climático. Según el Florida Center for Investigative Reporting, el gobernador republicano Rick Scott ha desalentado a los empleados del Departamento de Protección Ambiental de su gobierno que utilicen en los informes expresiones como "cambio climático" o "global warming" (calentamiento global), pues las consideran alarmistas. El que fue jefe de la Oficina Legal de tal departamento en un gobierno anterior, el Sr. Christopher Byrd, ha denunciado esta censura, que se está generalizando en otros Estados también. El Estado de Carolina del Norte, con dominio conservador neoliberal de su cámara legislativa (muy influenciada por intereses inmobiliarios) ha pasado una ley que prohíbe que se haga referencia en cualquier documento oficial del Estado al aumento del nivel del mar en las zonas costeras, y ello a pesar de que una Comisión sobre Recursos en las Zonas Costeras (perteneciente al propio Estado) ha predicho un aumento de 1 metro (para el final de este siglo) en tales zonas.

El fanatismo de los negacionistasY este negativismo ha alcanzado unos niveles de carácter casi religioso. Existe una campaña, liderada por el movimiento libertario y su Tea Party, de que los Estados pasen leyes que prohíban referencias en los libros de texto de las escuelas al cambio climático y al impacto que las actividades humanas tienen en tal cambio. El Estado de Carolina del Sur ha aprobado una norma en este sentido. En otros Estados, como en Kentucky y en Virginia del Norte, los gobernadores intentaron aplicar normas semejantes, que tuvieron que retirar como consecuencia de una protesta popular generalizada (ver Zoe Carpenter "Conservatives Have a Plan for Climate Change: Pretend it Doesn't Exist", The Nation).

Es interesante señalar que en muchos de estos Estados ha habido movilizaciones populares de protesta frente a este negativismo y pasividad de las autoridades públicas frente al impacto negativo del cambio climático, exigiéndole que tomen medidas para prevenir o disminuir el daño, cosa que ha puesto a la defensiva a tales fuerzas reaccionarias, que han tenido que adoptar unas posturas menos negativistas y más escépticas, señalando que "la evidencia científica existente no es todavía concluyente", frase utilizada por la dirección del Partido Republicano en el Congreso y en el Senado de EEUU. Tanto el dirigente republicano en el Senado Mitch McConnell, como el dirigente en la Cámara Baja John Boehner, han cambiado su discurso pasando de una oposición con negativa frontal a un escepticismo más elaborado, sin cambiar, sin embargo, su oposición a las propuestas legislativas que podrían disminuir el daño causado por tal efecto.

En España, incluyendo en Catalunya, nos encontramos con una situación que, aun cuando es distinta a la de EEUU, tiene, sin embargo, elementos comunes. Los mismos portavoces neoliberales que tienen gran prominencia en los fórums económicos de los medios privados y públicos de información y persuasión, como TV3 y Catalunya Ràdio, se han opuesto a las tesis ambientalistas de cambio climático, negando que, incluso en caso de que tal cambio existiera, este habría sido causado por intervenciones humanas, rechazando que las grandes empresas petrolíferas, por ejemplo, entre otras, hayan contribuido al deterioro climático.

Por Vicenç Navarro, 
Attac
24/03/2015 
Fuente

6 ago 2015

Un empleo de mierda

Frente a las albricias del Gobierno y sus corifeos, la realidad es tozuda y da la razón, un día sí y otro también, a quienes venimos advirtiendo de que con Rajoy se está creando un empleo de mierda. Un empleo inestable, ocasional y mal pagado, que ayuda a salir del paso a quienes no tienen otra alternativa que el paro, pero que difícilmente les sirve para poner la base del más modesto proyecto vital.

La semana pasada ya ofrecimos aquí algunos datos incontestables sobre la verdadera situación del mercado laboral, tres años y medio después de que el PP recuperara el poder bajo la taimada promesa de arreglarlo de inmediato. 286.500 empleos destruidos, 335.600 contratos indefinidos menos, 355.700 trabajadores más a tiempo parcial: ése es, por ahora, el pírrico balance de las duras políticas de Rajoy.

Como sólo dos de cada tres asalariados tienen un empleo fijo y a jornada completa, no es extraño que 1.323.300 se declaren insatisfechos, entre ellos los 704.400 universitarios que ocupan un puesto inferior a su cualificación. Tampoco puede sorprender a nadie que, en estas circunstancias, 428.400 personas hayan desistido de buscar trabajo o se hayan visto empujadas a intentarlo en el extranjero.

El empleo de quita y pon -que debe de hacer las delicias de los empresarios por la delectación con que recurren a él- se ha adornado con sueldos que muchas veces atentan contra la más mínima dignidad. No es nada original, pero viene a cuento recordarlo: los mileuristas son hoy unos envidiados, cuando antes de la crisis no despertaban en el resto de los trabajadores nada más que compasión.

Aparte del desánimo creciente, sobre todo de los más jóvenes y de los que tienen muy difícil reincorporarse en condiciones razonables al mercado laboral, todo ello está teniendo también graves consecuencias en las cuentas de la Seguridad Social. Con empleo de peor calidad y sueldos de miseria, la recaudación por cuotas ha bajado a razón de 300 millones de euros mensuales; o sea, unos 3.500 al año.

Se entiende así que el Gobierno, para seguir pagando las pensiones, haya tenido que recurrir masivamente al fondo de reserva, que ahora cuenta con 25.000 millones menos (un 38%) que al cierre de 2011. Si las cosas no cambian, según los expertos, la hucha se habrá agotado en 2024, con lo que la legislatura de Rajoy habrá servido para joder a los trabajadores no sólo antes sino también después de que se jubilen.

Por Vicente Clavero
31-07-2015
Fuente

3 ago 2015

Las obsesiones del oligopolio eléctrico

El sistema eléctrico español está dominado por un número muy pequeño de empresas transnacionales que explotan, en régimen de oligopolio, una necesidad básica. Esas empresas encabezan la lucha contra el autoconsumo con la perspectiva de seguir siendo las que dicten las condiciones de suministro y transporte en el nuevo paradigma energético.

El Ministerio de Industria, encabezado por el ministro José Manuel Soria y su secretario de estado de energía Alberto Nadal, ha desarrollado a lo largo de la legislatura que termina una larga batalla en defensa de los intereses de las grandes compañías eléctricas y contra el desarrollo de los sistemas de auto-producción y auto-consumo eléctrico renovable.

Muchas de las normas dictadas por este ministerio son atropelladas, injustas e indefendibles, repugnan al sentido común y contravienen las directivas europeas relativas al sector energético y a los objetivos de sostenibilidad ambiental. Y, aunque cuentan con la laxitud morosa de los tribunales españoles para salirse con la suya, difícilmente saldrán indemnes de los cientos de demandas planteadas en los tribunales internacionales. Lo saben. Saben que los intentos por impedir el desarrollo de las energías renovables están condenados al fracaso.

Entonces, ¿por qué ese empecinamiento, destinado a ser castigado en los tribunales? ¿Por qué hacer tanto daño a las personas, empresas y pequeños inversores que apostaron por las energías renovables?

Un sistema eléctrico corrupto

El sistema eléctrico español está dominado por un número muy pequeño de empresas transnacionales que explotan, en régimen de oligopolio, una necesidad básica. Sus clientes son la totalidad de la población, todos los hogares, empresas e industrias del país, consumidores cautivos que no pueden dejar de utilizar la electricidad para satisfacer sus necesidades. Esta es una situación inmejorable para cualquier empresa comercial.


Los privilegios del oligopolio se fundamentan en la connivencia con el poder político. Estas empresas obtienen una regulación favorable a sus intereses, en detrimento de los intereses de los consumidores, gracias a las influencias de algunos miembros de sus consejos de administración que, en un pasado reciente, ostentaron altos cargos políticos en el sector.

Esta práctica, conocida como "puertas giratorias", permite poner los contactos y la información privilegiada de los cargos políticos al servicio del oligopolio. La Fiscalía Especial Contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada ha respondido, a la denuncia presentada por la Plataforma por Un Nuevo Modelo Energético, que no ve indicios de delito en esta costumbre, pero para la ciudadanía es muy poco ética y nada estética, un caso evidente de mala praxis política.

Un error de cálculo

Fieles creyentes en el crecimiento infinito, durante los “años locos” de la burbuja las empresas del oligopolio apostaron muy fuerte por construir nuevas centrales de gas de ciclo combinado, seguros como estaban de que la progresión de la demanda era imparable. Un desatino. Sus grandes inversiones obedecían a un error de cálculo garrafal y vieron pronto amenazada su rentabilidad, porque apenas se utilizan. Menos mal que los amiguetes les ayudan a sobrellevar el mal trago con los pagos por capacidad.

Paralelamente, la generación renovable ha conocido una evolución imparable. La reacción del oligopolio a la implantación de estas tecnologías ha sido paradójica. Parecen estar asustadas ante la producción fotovoltaica, una tecnología muy flexible y escalable que, gracias a la impresionante caída de precios, permite abordar instalaciones de auto-producción de cualquier tamaño, con inversiones contenidas. Por otro lado, parecen ver con mejores ojos la tecnología eólica, mucho más exigente en capital. En cualquier caso, han señalado a las energías renovables como el enemigo a batir.

Son muchas las razones de esa enemistad manifiesta pero, la fundamental es el cuestionamiento de su modelo de negocio: venden un producto imprescindible, a un mercado cautivo y en las condiciones más ventajosas, gracias a su influencia casi mafiosa sobre el poder político.

Podríamos pensar, un poco ingenuamente, que esto es así por su incapacidad para adaptarse al nuevo paradigma industrial que surge con las tecnologías de producción renovable de electricidad. Pero no hay que dejarse engañar. Las grandes empresas energéticas no son dinosaurios industriales anclados en el pasado, no es que quieran aferrarse a las viejas y conocidas tecnologías fósiles y nucleares, que son muy sucias pero funcionan. Todas estas empresas tienen poderosos grupos de ingeniería y desarrollo. Todas han sido capaces de innovar en tecnologías de red para gestionar a distancia la facturación de sus suministros. La innovación tecnológica no les es ajena.

La guerra a las renovables

La estrategia industrial, compartida por los dos partidos que se han alternado en el poder desde 1982, ha sido la formación de grandes grupos empresariales. La formación del oligopolios es pues una consecuencia inevitable de la estrategia seguida en la larga reconversión industrial de la transición. Las soluciones que se salen de este esquema de concentración empresarial son consideradas contraproducentes y, en el terreno energético, las energías renovables han sido el enemigo a batir.

Durante el primer gobierno neoliberal, iniciado en 1996 y presidido por José M. Aznar, tuvo lugar la liberalización del sector eléctrico y de las telecomunicaciones, entre otros, pero también, en 2004, el primer decreto de estímulo a las energías renovables.

Durante este tiempo, una infinidad de regulaciones superpuestas han garantizado los beneficios de las empresas de producción eléctrica convencional, la llamada producción "de régimen general", favoreciendo las inversiones en ciclo combinado y racaneando el apoyo y los estímulos a la producción renovable. Sobran los ejemplos: los costes de transición a la competencia, el reconocimiento sin evaluación de los costes de producción alegados, el sistema marginalista de fijación del precio de la electricidad, la renuncia a reclamar la parte correspondiente a las concesiones hidráulicas, los pagos por capacidad, los incentivos por interrumpibilidad, la prolongación de los plazos de explotación nuclear, etc. El catálogo de abusos es muy largo pero se resume brevemente: su coste recae siempre sobre los consumidores, que difícilmente pueden defenderse en este galimatías, intencionadamente oscuro y alambicado.

La última escena de este sainete retrógrado es el Real Decreto con el que el Ministerio de Industria pretende regular el auto-consumo. Es una comedia negra porque esa regulación que pretende hace completamente inviable el auto-abastecimiento, bloquea los intentos de algunas comunidades autónomas para eludir el impuesto al sol y se enfrenta a las directivas europeas y al sentido común.

Ejemplo de 'kit' fotovoltaico para pequeños consumidores.


Las razones de este ensañamiento obsesivo

Para entender la estrategia del oligopolio y de la administración a su servicio hay que distanciarse un poco de las muchas batallas y litigios abiertos por el Ministerio, para situarnos en perspectiva: estamos iniciando un cambio de paradigma y lo que está en juego es la hegemonía en el nuevo mercado energético. Reemplazar un sistema eléctrico basado en la producción centralizada y el transporte a largas distancias en alta tensión por otro, en el que predomina la producción descentralizada y el consumo cercano, apoyado en una red inteligente que proporciona el equilibrio y la potencia de fondo, es una tarea gigantesca o, dicho de otro modo, es un gran negocio.

La transición hacia un modelo renovable y descentralizado abre un mercado muy goloso. Un mercado en el que pequeñas empresas, pioneras en el sector, tratan ya de abrirse un hueco en el diseño, la regulación y el control de estos sistemas de sistemas de generación de energía limpia. También hay conglomerados empresariales de tamaño importante, que tratan de crecer en los mercados termoeléctrico y fotovoltaico, que son terrenos mucho más exigentes en capital.

Pero nuestro voraz oligopolio lo quiere todo. No quiere dejar que ese mercado se desarrolle en sus narices sin quedarse con la mayor tajada. Pero sabe que, para tener éxito, necesita tener un producto competitivo para un mercado maduro. Veremos, sin duda, a las grandes compañías ofertando un producto que ahora demonizan. Tendrá gracia ver a Endesa, Iberdrola y Gas Natural ofreciendo instalaciones de auto-consumo, llave en mano, en uno o dos años. Y, para que la gestión técnica de la necesaria y gigantesca smart grid funcione, necesitarán incorporar a un socio tecnológico de primer nivel. Muy posiblemente, veremos a Telefónica en proyecto conjunto con las eléctricas, proporcionando la infraestructura de red de datos que haga posible la telegestión eficiente del balance neto.

El oligopolio sabe que la conexión a una red inteligente es la solución más viable para el almacenamiento de excedentes. La red es la mejor solución, no las baterías. Por eso es de esperar que finalmente sustituyan el antipático término fijo de la factura, en función de la potencia contratada, por una "Cuota de Conexión" fija. También los gigantes de la distribución están interesados en este suculento mercado: la megadistribuidora Walmart ya está instalando plantas fotovoltaicas en Latinoamérica, Ikea empezará a vender equipos fotovoltaicos en Reino Unido. Es muy posible que lleguemos a ver una guerra abierta entre nuestros gigantes tecnológicos y los paquidermos de la distribución. Una guerra de titanes en la que las eléctricas tienen un as en la manga: las redes de distribución.

El acceso a las redes de distribución es la clave para mantener su dominio. Si hay que cerrar las grandes plantas térmicas y nucleares, tan sucias como rentables, y la producción distribuida se generaliza, siempre les quedarán las infraestructuras de distribución, que consideran su monopolio natural.

Para democratizar el acceso a la energía, en el nuevo escenario de producción distribuida a partir de fuentes renovables, es vital recuperar el control público de las redes de transporte y distribución. Los nuevos actores políticos deben plantearse recuperar una posición dominante en Red Eléctrica Española, el gestor de la infraestructura de transporte. Por su parte, los gobiernos locales y autonómicos deben proponerse recuperar el control de las redes de distribución, que deben ser de titularidad pública para facilitar el acceso de las instalaciones de auto-producción a la red.

Por estas razones, la posibilidad de un cambio de ciclo político en España es visto como un desastre, que podría dar al traste con sus planes estratégicos. Por eso las empresas del oligopolio están obsesionados con controlar el desarrollo de el nuevo modelo energético en España. Por eso son tan agresivas.

Por Luis González
Coordinador de la Plataforma por Un Nuevo Modelo Energético
27/07/2015
Fuente

2 ago 2015

Cuñadocracia

He dicho ya alguna vez que yo considero que la ciencia ficción, además de ser un entretenimiento maravilloso, es una buena forma de explorar posibilidades de futuro. Esa idea me volvió a la mente leyendo el cuarto volumen de los cuentos completos de Philip K. Dick. Para empezar, descubrí con asombro que él mismo había jugado con esa idea: en “Araña de agua” se especula con un futuro guiado por las especulaciones de los escritores de ciencia ficción (como Asimov, Bradbury, Anderson o el propio Dick), a los que se toma por verdaderos precognitivos dado que todo lo que escribieron se ha acabado cumpliendo.

Pero no quiero hablar de ese relato, sino de otro, incluido en ese mismo volumen: “El patrón de Yancy”. Advertencia: contiene spoilers.

En “El patrón de Yancy” la Tierra está preocupada. Todos los indicadores económicos afirman que Calisto, la luna de Júpiter, se está convirtiendo rápidamente en un Estado totalitario y expansionista. Así que mandan a varios policías a investigar. Al principio los agentes no detectan nada: Calisto parece ser una democracia ejemplar, al estilo estadounidense: hay dos partidos, tienen libertad de expresión y de prensa, no existen los delitos políticos, los ciudadanos pueden emigrar, no hay policía política… incluso los agentes terráqueos son rápidamente identificados como tales y se les permite pasar sin apenas un comentario. Un régimen que no tiene nada que ocultar, ¿no?

Eso parece, pero rápidamente los agentes terráqueos se dan cuenta de la omnipresencia de un tal Yancy en todas las esferas de la vida. Se trata de un comunicador de aspecto paternal, que tiene opiniones sobre todo, desde la guerra hasta la forma correcta de comer pomelo. Las marcas que anuncia Yancy revientan el mercado, las aficiones de Yancy (que son siempre sencillas y fácilmente comprensibles) se extienden por todo el satélite, las opiniones de Yancy se convierten en credo de miles de calistianos. Además, hay una señora Yancy y un nieto Yancy, que dirigen esos mensajes a mujeres y a niños.

Pero las opiniones de Yancy tienen una peculiaridad: mientras que las que tratan sobre temas banales son tajantes, las que van sobre cuestiones importantes no lo son. Parece que sí, pero en realidad se niegan a sí mismas: por ejemplo, Yancy considera que la guerra es injusta y debe evitarse siempre salvo que sea una guerra justa, en cuyo caso debe librarse siempre. Esto permite que los ciudadanos de Calisto crean que tienen una opinión fundada y formada sobre la guerra cuando en realidad no es así. Lo único que tienen es una amalgama de lemas contradictorios que en un momento dado pueden llevarse hacia cualquier sitio. El Estado de Calisto es la forma más perfecta de totalitarismo: no necesita policía política ni desfiles militares porque ha logrado infiltrarse en la cabeza de las personas.

Según confiesa Dick, la figura de Yancy está inspirada por la del presidente Eisenhower. Sin embargo, a mí me recordó a nuestros tertulianos cuñados que hablan de todo con la rotunda seguridad de quien no tiene ni idea. No tenemos un gran Yancy que determina todo lo que pensamos, sino algo que casi es peor: un cierto número de personas con ideas muy parecidas entre sí pero superficialmente distintas, generando así la ficción de que tenemos una opinión pública variada. Es de ahí de donde salen principalmente nuestras opiniones políticas y, en consecuencia, nuestro voto.

El truco es la simplicidad. Si el tertuliano está diciendo cosas con las que no desentonaría un golpe en la barra de un bar, lo está haciendo bien. Todo vale para conseguir esa simplicidad. El empleo de lugares comunes (“¡las cárceles son como hoteles!”) es, por supuesto, básico, pero conviene ser imaginativo. Hay que inventarse datos (los cien millones de muertos del comunismo, los 445.000 políticos, los miles de empleos que iba a traer Eurovegas), gritar muy fuerte, hablar sin tener ni idea y que, encima, parezca que te lo creas. Es duro, sí, pero el resultado merece la pena.

El resultado es una sociedad sin ninguna formación política. Una sociedad que tan pronto te vota a un Podemos como a un Ciudadanos, o que apoya a partidos más tradicionales partiéndose la cara si es necesario para defender sus errores y corruptelas. Una sociedad donde alguien que se dice de izquierdas te defiende sin rubor el trabajar gratis y responsabiliza de todo a “los políticos”, exactamente igual que la derecha a la que dice rechazar. Una sociedad, en definitiva, fácilmente manipulable, donde nada importa y todo vale.

No hemos llegado al totalitarismo que preveía Dick para Calisto, pero creo, viendo las encuestas electorales (que vuelven a dar ganador al PP y segundo al PSOE) que le falta muy, muy poquito. Y todo gracias a Yancy.



[ADDENDA 31/07/2015, 14:18 - Me entero de que han subido esta entrada a Menéame. Como se trata de un medio que me da asco sincero, puesto que considero que está lleno de trolls y de pesados, cierro los comentarios hasta nuevo aviso.]

viernes, 31 de julio de 2015
Blog Así habló Cicerón